Ante la incapacidad de los dirigentes iraquíes para  ponerse de acuerdo sobre la nueva Constitución del país, el Parlamento aplazó    nuevamente para hoy la sesión prevista para adoptar el texto, a riesgo de desatar una crisis política por el rechazo de los sunitas.

Mientras, la violencia continuó ayer cuando se hallaron 36 personas muertas a tiros que fueron arrojadas a un río en el sur de Bagdad. Además ocurrieron choques entre bandas chiitas rivales.