¿Qué pasaría si los países de América Latina intentan colocar al mismo tiempo sus bonos en el mercado? La recomendación de las calificadoras de riesgo a los posibles compradores, en este momento, sería que adquieran, por ejemplo, los papeles chilenos, luego los brasileños o los colombianos... Los ecuatorianos, al final.

Los motivos para esa especulación –válida en el mercado financiero– se fundamentan en las calificaciones de riesgo de los países latinoamericanos, de los cuales solo Chile, según Standard & Poor’s, tiene un elevado nivel de confianza para cubrir sus obligaciones (ver gráfico).

Ecuador corre la suerte contraria. La actual calificación para la deuda a largo plazo del país (CCC+) es la decimoséptima entre las 23 categorías (que van desde AAA hasta D) utilizadas por S&P y lo ubica en el último lugar de los países latinoamericanos calificados.

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En las escalas de Fitch Ratings, entre las 20 naciones que tiene calificadas en la categoría B o por debajo, la liquidez internacional de Ecuador es la más baja.

“Debido a que la liquidez pública y externa de Ecuador es muy baja, cualquier pequeña interrupción en la producción puede generar irregularidades en los pagos”, advierte Fitch Ratings.

Esta calificación de “riesgo soberano” contempla factores sociales, económicos y políticos, pero principalmente la capacidad de pago del deudor.

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Pese a ello y a que los bonos del Tesoro de Estados Unidos mejoraron el rendimiento para los inversionistas, en el mercado internacional aún existe una alta demanda de papeles de los países en desarrollo, explican los técnicos del Banco Central, por los altos rendimientos (intereses) que logran con esos papeles.

La fórmula con la que se mueve el mercado de valores es simple: mientras más alto es el riesgo, menor el rendimiento y viceversa.