Ante la ausencia de los invitados, se convidó  como panelistas a Ilich Castillo y Hernán Zúñiga, quienes se sumaron a Saidel Brito, uno de los  expositores originales.

Jeannine Zambrano, moderadora del panel que convocó el ITAE (Instituto Tecnológico de Artes del Ecuador) para debatir sobre el Salón de Julio 2005, estuvo puntual,  la tarde del pasado martes,  en el lugar escogido para la actividad: el Museo Municipal. Los que no llegaron fueron los panelistas, a excepción de   Saidel Brito, profesor de la institución organizadora del foro y ganador del tercer premio del certamen artístico; y Tina Zerega,  la relatora.

Según dijo Zambrano, a las 19h00, cuando comenzó el panel luego de media hora de retraso (la actividad estaba prevista para   las 18h30), los invitados a opinar eran, a más de Brito,  Mariella García, directora regional de Cultura del Banco Central del Ecuador; el galerista Mirco Rodic; Nelly Moreno, columnista de diario Expreso; las historiadoras de arte Mónica Espinel y Tania Sacoto; el pintor Jorge Velarde, profesor del ITAE; Rodolfo López, pintor;  y la periodista Lola Márquez.

Publicidad

Anotó que algunos se excusaron y otros no. Consultada por este diario, Zambrano refirió que Velarde, López y Espinel ofrecieron sus disculpas con antelación por no poder asistir. Que García y Márquez no lo hicieron. Y que Moreno, Sacoto y Rodic se negaron a intervenir.

Ante la ausencia de los invitados, los organizadores decidieron convidar  como panelistas a dos artistas que se encontraban entre el numeroso público que había asistido: Ilich Castillo, ganador del primer premio del Salón de Julio; y Hernán Zúñiga, director de la pinacoteca de la Casa de la Cultura y profesor del ITAE.

Zúñiga dijo que el Salón de Julio desde hace cinco años se perfila como tendencioso hacia el arte conceptual, con el cual aseveró comulgar, pero refirió que este no lo es todo. Que hay sectores que se están expresando y que deben estar representados.

Publicidad

Cree que este espacio artístico debería admitir todas las tendencias que tengan nivel y pertinencia con lo que se convoca. Señaló, además, que no cree en los premios, porque estos son como una lotería y que no hay Salón perfecto.

Castillo comulgó con Zúñiga en aquello de que no hay Salón perfecto. Resaltó como importante que el certamen maneje el perfil de arte contemporáneo y que evite convertirse en una plaza de arte. Dijo que este espacio ha ido lavando su historia.

Publicidad

Brito, quien hizo la exposición más extensa, anotó, entre otras cosas, que el Salón de Julio está dando un cambio y creciendo y que tiene políticas con las que él coincide. Destacó su proyección internacional y lo señaló como un elemento para que la cultura ecuatoriana tenga propuestas sólidas.

También dijo que hay confusión sobre el término arte conceptual.   La historiadora de arte Lupe Álvarez, quien se hallaba  entre el público, anotó  que lo que se ve ahora son fenómenos herederos del arte conceptual y no arte conceptual, y que lo preocupante no es que la gente no lo sepa sino los prejuicios que existen y que las instituciones reproduzcan esos prejuicios en torno al tema.

Zúñiga afirmó que no cree en los circuitos internacionales del arte y que lo que Latinoamérica  necesita son lenguajes artísticos subversivos. Tina Zerega resumió  las ideas que se expusieron. Indicó    que   en Guayaquil no solo  se rechaza el arte conceptual, sino lo que es concepto en cualquier área,  y el debate.  Como  prueba de ello, dijo, podría citarse  la ausencia de los panelistas. Olga Guerra, jefa del Museo   Municipal,   fue como público. Rodolfo Kronfle, presidente del Salón, no asistió. Viajó a la Bienal de Venecia.