“Quiero ser famoso”, dice Gian Marco Retis, participante de Gran Hermano del Pacífico y para lograrlo no se le ocurre otra cosa que seguir lo que le indica su primitiva inteligencia: desnudarse o lanzar “gases corporales” a sus compañeros ante cámaras. Retis no se equivoca en algo: escandalizar por TV es la forma mas fácil de hacerse famoso y si es con sexo, mucho mejor.

Quiero ser famoso", dice pero ¿qué ha creado? ¿Qué ha construido? ¿Qué enseñanza deja a la humanidad? Nada.

Por otro lado, esta el malévolo Teobaldo de Chile, quien no duda ni un minuto en mentir y robar para alcanzar el premio de 50.000 dólares, y quien miente y roba terminará con los años, matando para lograr sus objetivos. Cuando lo suelten, será un peligro para la sociedad chilena si no lo logran controlar. Teo, el más cerebral pero también el más perverso de los participantes, es un producto de la sociedad de consumo, cuyo lema es: el confort antes que los valores morales.

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Y aunque los presentadores del programa lo han censurado, hay también que “justificarlo por el rating”: Álvaro García, el periodista chileno lo ensalza: “¿Qué sería de las Guerras de las Galaxias sin Darth Vader”, dice. ¿Qué sería del Gran Hermano sin Teo?

Por último, están María Gabriela y Romina de Ecuador y Chile, respectivamente, quienes disparan 24 malas palabras por minuto en un comportamiento que no es compatible con sus personalidades ¿Tratan de identificarse con sus compañeros o se están adaptando al medio?. “Advertencia: la mediocridad puede ser contagiosa”.

Viéndolos, no nos sorprende que Latinoamérica sea la región más pobre del mundo después de África, con gobiernos como el nuestro que destinan el 15 % a la educación, para ver los resultados todos los días a las 10 de la noche en una pantalla de TV.

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Lcdo. Wladimir Cobo Encalada
Guayaquil