Dice el reportaje sobre las fundaciones publicado el último domingo: “La cuestión política no ha estado ajena a las fundaciones. Su principal crítico es el ex ministro de Gobierno y precandidato presidencial por CFP, Jaime Damerval”. Es de conocimiento público que cuando critiqué la ilegitimidad de las fundaciones planteé una cuestión jurídica y no, como se dice, una “cuestión política”, y que lo hice no como ex ministro ni candidato a la presidencia sino como editorialista de este Diario, habiéndome limitado a reproducir el articulado de la ley que prohibía a la Municipalidad crear fundaciones, y que impone la Ley de Contratación Pública a las contrataciones municipales y también  la fiscalización de la Contraloría y del Cabildo, fiscalización que no se ha cumplido sobre dichas fundaciones en función de esta ley.

Los hombres y las instituciones solo tienen dos opciones: progresar dentro de la ley o fuera de la ley; y Guayaquil tiene prueba de que pudo hacer las dos cosas: hacer grandes obras y simultáneamente cumplir con la ley en la construcción del Puerto Marítimo y del puente del río Guayas que realizaron Autoridad Portuaria y el Comité de Vialidad. La actual paralización del segundo puente sobre el río resulta de no haberse cumplido estrictamente con la ley y es otro ejemplo de que lo rápido sale caro.

Dr. Jaime Damerval
Guayaquil