Los familiares de emigrantes desaparecidos y que partieron con rumbo a los Estados Unidos entre el 9 y 11 de agosto anterior continúan con la desesperada búsqueda de información de sus parientes.

La tarde del jueves pasado, miembros de la familia Guanoquiza Fernández, oriundos de Quingeo, parroquia rural de Cuenca, buscaban a autoridades e instituciones que les ayudaran con información sobre el destino de los demás pasajeros del naufragio.

En este caso reclamaron por dos miembros de su familia, uno de ellos Luis Adolfo Guanoquiza, de 45 años, casado y padre de siete hijos, el mayor de 15 años y el último de 2 meses.

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El padre de este nuevo desaparecido, Ilario Guanoquiza, de 67 años, enjugó sus lágrimas con la manga de su chompa al recordar que una noche antes de emprender el viaje, su vástago le pidió perdón y la bendición para luego despedirse con un fuerte abrazo.

“Por qué te vas, nadie te manda de aquí, además como sea entre todos podemos superar la crisis”, fueron las últimas palabras que Ilario dijo a su hijo, y lo último que escuchó a cambio fue: “Papá, aquí la cosa está difícil y yo tengo que pensar en mis guaguas y en ustedes”, exclamó el consternado padre.

El otro desaparecido de esta familia es Luis Fernández Cumbe, joven soltero de 21 años que trabajaba en la construcción y ganaba entre 25 y 30 dólares semanales, según su tía y a la vez cuñada de Luis Adolfo, Rosa Regina Loja.

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La incertidumbre en los familiares de estas dos personas crece con el transcurso del tiempo, porque los coyotes, de quienes no quisieron dar detalles, no contestan los teléfonos celulares que antes servían de contacto.

“Nosotros solo conocíamos a los coyotes por celular, ni siquiera sabemos el nombre y ahora contestan unas personas que dicen no saber de qué les reclamamos”, dijo Dolores Guanoquiza, hermana mayor de Luis Alonso.

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También dijo que por información de otros familiares de emigrantes de Quingeo conocen que entre el 10 y 12 de agosto cuatro barcos partieron con rumbo a Guatemala y por eso abrigan la esperanza que sus seres queridos se libraran de la tragedia.

Precisamente la noticia de un nuevo barco localizado con 166 ecuatorianos frente a las costas de Centroamérica revivió las esperanzas entre los familiares y esperan que sus parientes estén entre ese grupo.