Un incendio forestal que ardía en Sao Furtuoso, localidad cercana a Coimbra, era a mediodía de hoy el que preocupaba más a los bomberos y el que movilizaba a más medios de los 22 fuegos contabilizados a esa hora en nueve distritos portugueses.

Al menos 153 bomberos, con ayuda de 86 vehículos y cuatro aeronaves, luchaban contra las llamas del incendio de Sao Furtuoso tras una madrugada de fuego y humo que sitiaron, según testigos presenciales, la ciudad de Coimbra, famosa por su Universidad, la más antigua del país.

La situación en Coimbra no es ahora tan grave, aunque las llamas siguen sin estar plenamente controladas, tras una madrugada en la que la intensa humareda y el resplandor de las llamas que cercaban a la ciudad dejaron sin dormir a miles de residentes.

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No menos de 10 edificios ardieron en la periferia de Coimbra, sumándose a varios centenares más que han sido consumidos por las llamas en los numerosos incendios de las últimas semanas.

A las 34 aeronaves desplegadas por Portugal para combatir los diferentes incendios se irán sumando antes de acabar el día otras siete enviadas por España, Francia, Alemania e Italia, para atender la petición de ayuda cursada a la Unión Europea el pasado sábado por el Gobierno luso.

El Ejecutivo de Lisboa evalúa ahora la posibilidad de pedir otro tipo de ayudas a Bruselas, según fuentes oficiales, mientras sobre el terreno se repiten llamamientos a la población para limpiar de maleza un perímetro de seguridad de unos 50 metros en torno a las casas en peligro.

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La Policía Judicial (PJ) informó de que en lo que va de año han sido detenidos 108 supuestos incendiarios, pero los expertos creen que muchos fuegos se deben al descuido y la suciedad de las zonas forestales lusas, en combinación con las altas temperaturas.