El gobierno israelí ha recibido temporalmente desde el pasado viernes a millares de ex colonos en 60 hoteles del país, desde Ashkelon (sur) hasta Jerusalén y Netania (norte).

Pero cientos de familias desalojadas de sus hogares están consternadas y tan desorientadas que ni siquiera han planificado su nueva vida.

A pocas semanas del comienzo del año escolar, Moshe Aricha, un ex colono de 52 años, padre de cinco niños, no tiene idea a qué escuela irán sus hijos ni adónde se trasladará con su familia luego de diez días, cuando el gobierno deje de pagar su alojamiento.

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Algunos ex colonos culpan al gobierno de lo incómodo de su estadía y lo incierto de su futuro, y lo acusan de no haber hecho los preparativos necesarios para el periodo posterior al repliegue.

El régimen construyó unas 400 casas temporales en una playa de Ashkelon y reubicó a otros ex colonos en comunidades cercanas, en su mayoría quienes cooperaron y abandonaron sus hogares voluntariamente, pero quienes se opusieron no planificaron su futuro ni contactaron al gobierno.