María Jara, de 21 años, está entre los desaparecidos. La coyote que la llevó cerró la oficina en Chordeleg.

La tragedia del naufragio ocurrido la madrugada del sábado pasado con 103 migrantes, de los cuales solo nueve sobrevivieron, envuelve en desesperación a la familia de Leticia Montaleza y Estanislao Jara, quienes presienten haber perdido a la última de sus seis hijos, María Cecilia, de 21 años.

Según los progenitores, la joven salió de su casa el miércoles 10 de agosto pasado  junto a otras personas de Pushío y Delegsol, pertenecientes a Chordeleg, sectores de donde conocen vive uno de los nueve  sobrevivientes.

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“Yo sé que la coyote llamó a la familia de la chica sobreviviente para comentarles del accidente pero nosotros no sabemos nada”, dijo con voz entrecortada la madre, quien apenas supo  la noticia el miércoles pasado llamó a su esposo que trabaja como jornalero en El Oro.

Estanislao en principio se mostró duro, comentó fríamente desconocer las razones del viaje, pero de repente su voz se quebró y el rostro se llenó de lágrimas. “Qué será de ella, mi hija se fue por la mala vida que le daba el esposo, le pegaba y la engañaba con otras mujeres, no pudo soportar más y ahora no sabemos nada”, indicó, mientras el hipo que le producía el llanto lo hacía balbucear.

Con su esposa se unieron en un apretón de manos, rompieron en llanto y un angustiante silencio imperó en la casa de adobe y teja que solo fue interrumpido por el cacareo en el gallinero en la primera planta de la vivienda y el llanto de un perro abandonado en un rincón del patio de tierra.

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Luego  Leticia le comentó a su cónyuge que llamó a la coyote que llevó a su hija, pero no habló con ella porque los teléfonos están desconectados. Además le señaló que se enteró por unos vecinos que esa persona sacó todos los muebles de la oficina que mantenía en Gualaceo.

“Ahora sí que no sabemos qué hacer, quién nos puede ayudar para encontrar a nuestra hija, Dios quiera que todavía este viva”, clamaban los  padres.

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La mamá de María Cecilia también comentó que los problemas con su esposo la obligaban a mantenerla incluso bajo llave para que él no la golpeara, por eso su hija le dijo en algún momento: “Mamita no soporto esta vida”, confesó.

Su madre le aconsejó que buscara un trabajo en Cuenca, pero la joven se negó porque pensaba que la pena por no verla la haría regresar a visitarla cada semana y eso la obligaría a enfrentar a su esposo, situación que quería evitar, indicó  Leticia.

María Cecilia Jara se suma al grupo de emigrantes desaparecidos en el naufragio y sus padres al grupo de familiares desesperados por resultados de la búsqueda.

BERTHA PÉREZ MANUEL CHACA SILVERIO LALBAY CARMEN LEMOS

RAMIRO CRIOLLO LUIS GUANOQUIZA MARCO BERMEO BLANCA CULCAY

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MARÍA JARA

POSIBLES DESAPARECIDOS
Marco G. Bermeo  Morocho
Patricio Sibri
Manuel Agustín Chaca
Bertha Pérez Montero
Cristian Ortiz Pérez
Luis Ramiro Criollo Loja
María R. Quichimbo Aucapiña
Manuel Roberto Macas Pindo
José Barzallo Barreto
Sandra Lazo
Wilson Andrade Calle
Fausto Andrade Calle
Blanca Petrona Culcay Cruz
Ángel Chuva Pizarro
José Piñancela
Humberto Sarmiento Urgilés
Nube Rocío Sarmiento Urgilés
Manuel Jesús Coyago
Claudio Esteban Coyago
Salud Benito Coyago
Ángel Segundino Encalada
Carmen Lemos
Jacinta Valle
Ángel Castro Castro
María Leonor Sanango Chafla
Silvio Cristóbal Lalbay Lalbay
Elsa Tirado
Leoncio Richard Barrezueta
Juan Antonio Barrezueta
Ana Quito Ycaza
Marcelo Maza
María Dolores Gualpa
Jovanny Macías Aragundi
Luis Patricio Criollo Loor
Manuel  Guartacha Ordóñez
Geovanny Castro Castro
N.N. Jara Montesdeoca
N.N. Jara Cabrera
Lilian Sandra Lazo Cusco
Ángel Mauricio Macas Pando
Ángel Nestorio Guerrero
Jaime Guerrero
Marcos Guerrero
Kléber Puente Guacun
Diana Marisol Fajardo Orellana
Blanca  Buestán Duchimaza
Joselito Chango Vallejo
Estela Jara