“Nosotros no somos municipales. Trabajamos sin ningún fondo ni del Municipio ni de nadie, solo fueron donaciones (...) Nunca el Municipio invirtió un centavo acá”. Pedro Gómez Centurión, gerente de la Fundación Malecón 2000, lo repite insistentemente para dejar claro que desde que nació –hace ocho años– la entidad no depende del Cabildo. Esto pese a que el presidente del directorio es, por ley, el Alcalde.

La institución, indica, tiene financiamiento y administración propia desde que se creó, en 1996, como una entidad de derecho privado, sin fines de lucro, integrada por instituciones públicas y privadas representativas de la ciudad. Funciona desde enero del 97.

¿Un proyecto rentable el Malecón 2000? Pedro Gómez empieza por aclarar que el centro comercial no tiene objeto de rentabilidad porque el proyecto se concibió viendo de qué manera se podía financiar el mantenimiento.

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Hoy, el arriendo de los 346 locales comerciales (4 están libres) de los malecones, de la plaza Rodolfo Baquerizo Moreno, de los espacios concesionados; las visitas al teatro Imax y el uso de parqueos permiten hacerlo. Son sus principales fuentes de ingreso, al igual que el renovado Mercado Sur, que se alquila en 3.500 dólares por evento.

Pero no es la única. La Fundación Malecón 2000 también recibe 1’370.639 dólares anuales por el reclamo tributario del IVA que se le otorga  por ser una fundación. Y un promedio de un millón de dólares por ejecución de proyectos con el Municipio de Guayaquil y de otros cantones.

En la ciudad mantiene un contrato de prestación de servicios con la Fundación municipal Guayaquil Siglo XX, que le paga el 7% de cada obra que ejecutan en conjunto por asesoría, diseño de proyectos (3%), contabilidad (2%), consultoría legal y técnica (2%).

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En Guayaquil, desde el 2001, han intervenido en 74 obras de regeneración urbana.

También se encarga del funcionamiento del Teatro Imax, que al año da una renta de cien mil dólares. Además proporciona asesoría técnica a la fundación Dragado de la Autoridad Portuaria (tiene un ingreso de 21.600 dólares) y desde mayo de este año se ampliaron los estatutos para trabajar para otras empresas particulares en consultoría. 

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Por estas áreas la fundación percibe un ingreso anual promedio de $ 10 millones.

Esa cantidad se gasta en su mayor parte en mantenimiento de los malecones. Este año alcanza los  9’393.950 dólares.

La cifra incluye el pago de sueldos a las 120 personas que trabajan en la fundación (incluidos los cajeros de los parqueos) y el contrato de mantenimiento con Seguiresa (seguridad), Kalina (limpieza) y Litorfi (jardines).

Se firman contratos bianuales o trianuales con estas compañías, que se seleccionan por concurso de ofertas privado luego de una invitación que la fundación envía a las firmas para que participen. “Porque contratamos calidad y experiencia, invitamos a empresas reconocidas”, indica. Una de ellas, Seguiresa, pertenece a Miguel Ángel Montalvo, quien fue jefe de seguridad en Filanbanco, cuando Gómez Centurión era su gerente general.

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Pedro Gómez señala que una parte del dinero se reinvierte en obras, mantenimiento y proyectos de la fundación. El resto va a bancos locales a ganar intereses.

La fundación se somete a auditorías de la Contraloría General del Estado, que siempre ha emitido informes favorables.