Cuatro soldados estadounidenses murieron el domingo y otros tres resultaron heridos en una explosión en Afganistán mientras intentaban despejar de extremistas una zona del sur del país antes de las elecciones parlamentarias del 18 de septiembre.

Los tres heridos se vieron afectados por otras explosiones secundarias cuando intentaban sacar a sus compañeros del lugar tras el primer ataque en la provincia de Zabul, al sur del país.

"Estos ataques no debilitan, sino que fortalecen la voluntad de la coalición y de Estados Unidos, de las Fuerzas Nacionales de Seguridad Afganas y del pueblo afgano", dijo el comandante estadounidense, general de división Jason Kamiya.

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Con éstas son 47 las bajas que ha sufrido el ejército estadounidense en Afganistán este año, el peor desde que llegaron al país para echar al régimen talibán en octubre de 2001.

La unidad atacada participaba en las operaciones de apoyo a los comicios parlamentarios y provinciales del próximo mes en el distrito Dai Chopan.

Los talibanes y otros extremistas han condenado las elecciones y se han comprometido a interrumpirlas, mientras que el gobierno afgano y Estados Unidos aseguran que fracasarán en su intento.

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Es el peor ataque contra el ejército norteamericano desde que el pasado mes de junio 18 soldados murieron cuando su helicóptero fue alcanzado al intentar rescatar a cuatro miembros de las fuerzas especiales que estaban rodeados. Solo uno de ellos sobrevivió.