Siete atentados en contra de la infraestructura petrolera ocurridos durante la paralización de dos provincias amazónicas provocaron derrames cuantificados en 2.600 barriles de crudo, informaron el sábado las autoridades.

La compañía estatal petrolera Petroecuador informó en un comunicado que los derrames lastimosamente no pueden ser controlados por la acción violenta de los manifestantes que retiran los equipos de control de derrames. Señalaron que el derrame ya está llegando al río Aguarico.

Las provincias de Sucumbíos y Orellana iniciaron el lunes un paro de actividades para exigir a las petroleras internacionales en la zona la construcción de carreteras, centros de salud e inversión en obra pública.

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"Se desconectaron válvulas de control, se cortaron tuberías. En otro caso fue un dinamitazo que voló la tubería de una línea de transferencia de la compañía canadiense Encana", informó el sábado a la AP el vocero de Petroproducción -filial de Petroecuador-, Fausto Mejía.

"El problema fue que la gente de la zona estuvo violenta, no permitió el control de la compañía (Encana) y de Petroecuador para reparar el derrame, se colocaron barreras en el río para que no pase, pero la gente retiró las barreras y los equipos y ahora el derrame está ya llegando al río Aguarico y ese es un problema muy serio", agregó.

Los campos petroleros han permanecido aislados, unos en operaciones restringidas y otros paralizados.

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La producción petrolera en los campos de Petroproducción registró el sábado 33.167 barriles, 5.000 más de lo producido el viernes, pero 168.000 barriles menos de lo que la empresa produce en condiciones normales.

Otra consecuencia de la paralización establecida por Petroproducción es que once de trece torres con las que se realizan trabajos de mantenimiento y reacondicionamiento de pozos, siguen paralizadas en su actividad, mientras que las tres torres de perforación de pozos nuevos no pueden cumplir con su labor a causa de esta paralización.

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El boletín de prensa también señaló que durante la paralización, los equipos de generación eléctrica sufrieron serios daños y algunos hasta fueron robados por personas no identificadas.

También se provocó la suspensión del fluido eléctrico que mueve el 90% de la maquinaria con la que se hacen las operaciones de extracción de petróleo causando daño a los equipos.

La reparación de los daños en cada pozo tomará varios meses a los técnicos, según la estatal petrolera.

El Gobierno estima que las pérdidas por el paro pueden alcanzar los 443 millones de dólares hasta octubre, cuando podría normalizarse la producción de crudo. Las exportaciones del país están suspendidas acogiéndose a una cláusula de fuerza mayor que consta en los contratos firmados con las compañías que compran el crudo y con las empresas de transporte.

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