Lágrimas y lamentos de 30 familiares indígenas de algunos de los 94 emigrantes que desaparecieron la madrugada del viernes pasado a 200 millas de Colombia, se dieron ayer en la Pastoral Social de Cuenca, donde por medio del Comité de Familiares de Migrantes Desaparecidos se trata de agrupar a los posibles deudos para exigir que continúe la búsqueda de los cuerpos en el mar.

Reunidos en la Pastoral se decidió que ayer a las 20h00 saliera a Manta una comisión compuesta por cinco parientes de algunos de los perdidos, para que se les indique cómo va la búsqueda de los migrantes azuayos y que no se ceje en este empeño.

Los gastos del viaje, estadía  y alimentación los cubre el cabildo de Cuenca, que ha conversado con el alcalde de Manta para que se le dé todas las facilidades a la comisión mientras está en ese puerto.

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Hasta ayer se tenía previsto que los familiares regresen mañana a Cuenca y desde el siguiente lunes continúen con las diligencias para ubicar a sus parientes.

Se acordó elaborar la lista de las personas que creen que sus familiares iban en la embarcación que se hundió y también hacer las fichas de los desaparecidos para establecer cuántos eran solteros y cuántos casados y con hijos.

Los deudos deben presentar copia de la cédula de identidad del familiar desaparecido con una foto, acta de matrimonio y partida de nacimiento para elaborar las tarjetas índice.

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En la reunión, a la que asistió Luis Urgilés, comisionado de la Defensoría del Pueblo de Azuay, se le inquirió  por qué no se les avisó el mismo día que se supo del naufragio y se rescató a los 9 migrantes que iban en la nave con los otros 94 que ahora están perdidos.

Urgilés respondió que no se ha ocultado información y que se está investigando para dar con los coyotes, que por dinero pusieron a esas personas en la nave que naufragó.