Miembros del Grupo de Apoyo Operacional (GAO) de la Policía Judicial de Pichincha (PJ-P) se enfrentaron a tiros el jueves pasado con una supuesta banda de asaltantes, quienes presumiblemente habían cometido un asesinato horas antes.

El hecho ocurrió en una gasolinera de Repsol (Cusubamba y Apuela), en el barrio Santa Rita (sur de la capital), adonde llegaron los supuestos antisociales en una camioneta Chevrolet Blazer color verde, de placas PRV-803.
 
Los presuntos asaltantes sometieron al despachador Carlos Jaramillo y lo golpearon en la cabeza, para quedarse con 180 dólares que tenía en su poder, producto de la venta de gasolina.

También le exigieron dinero a Nelson Casa, chofer de una buseta escolar, quien coincidencialmente llegó para abastecerse de combustible.

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Al negarse a entregar el dinero lo golpearon y lo encerraron en una bodega.  Pocos minutos después, agentes del GAO llegaron y se enfrentaron a tiros con los supuestos asaltantes, cuatro de los cuales fueron abatidos.

Entre tanto, Luis Eduardo Panchi Garzón (36 años) y María Jessenia Ribadeneira  fueron llevados detenidos a la Policía Judicial.

Los abatidos serían los mismos que actuaron en un robo ocurrido en la agencia de la Empresa Eléctrica del Comité del Pueblo, horas antes.

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Testigos relataron cómo uno de los sospechosos disparó a quemarropa y mató a Vilma Doris Pazmiño, de 44 años, encargada de la recaudación de la empresa.

El hecho ocurrió en la calle José Enríquez de ese barrio. La mujer fue vista forcejeando con el delincuente, pues no quería entregar un paquete que ella tenía en su poder con 2.400 dólares. Según testigos, los asaltantes también huyeron en una Blazer verde.

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La Brigada de Homicidios realizó el levantamiento de los cadáveres. Según el informe policial, uno de los fallecidos es Flavio Caicedo Sevillero, de 28 años, quien murió de un tiro en la cabeza y presentaba otras heridas de bala.

Los tres restantes no han sido identificados pero entre sus señas particulares aparecen varios tatuajes. El primero, de 33 años, tenía en la mano izquierda un ícono del Divino Niño. Otro de los cadáveres no identificados llevaba un tatuaje en el tórax.

El tercero llevaba tatuajes en los hombros: uno de corazón y otro de cruz.  Ayer, en Santa Rita, los vecinos comentaron su nerviosismo por lo ocurrido. Una balacera similar fue protagonizada por el GAO en semanas pasadas en una agencia de Andinatel, en el norte de la ciudad.