Para el ejército colombiano, el caso del brasileño que desertó de las FARC y que relató que en su huida los rebeldes asesinaron a  un compatriota suyo, demuestra que esa guerrilla cuenta entre sus filas con  extranjeros, especialmente de Bolivia, Ecuador, Perú y Venezuela.

"Hemos detectado que en las filas rebeldes hay presencia de extranjeros,  especialmente de ciudadanos de los países fronterizos", denunció el general  Carlos Alberto Fracica, responsable militar del denominado Plan Patriota -una  ofensiva contra las FARC en las selvas del sureste del país.

En diálogo con la AFP, el director del programa de reinserción del  gobierno, Juan David Angel, aseguró que el del brasileño es el segundo caso de  un extranjero que solicita su ingreso a ese programa.

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"El año pasado tuvimos el caso de un muchacho venezolano, del Bloque  Catatumbo de las FARC, que decidió desmovilizarse y regresar a su país",  aseguró el funcionario.

La víspera, el general Gilberto Rocha Ayala, comandante de la IV Brigada  del Ejército colombiano presentó a los medios de comunicación a un ciudadano  brasileño, identificado con el alias de Ronaldinho y dijo que tras desertar  pasará a ser parte del programa de reinsertados que impulsa el gobierno de  Alvaro Uribe.

Según el oficial, el ciudadano brasileño narró que se encontraba buscando  trabajo en las selvas de Venezuela cuando fue abordado por integrantes del  frente XVI de esa guerrilla -al mando de Tomás Medina (alias el Negro   Acacio)- quienes lo obligaron a permanecer con ellos durante 28 meses.

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Medina es señalado por las autoridades colombianas como el contacto de las  Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) con la organización del  narcotraficante brasileño Fernandinho Beira-Mar, detenido en 2001 en Colombia y  extraditado a su país.

Según el Ejército colombiano, el negro Acacio intercambiaba droga por  armas con narcotraficantes de Brasil y Surinam.

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"Me obligaron a ir con la guerrilla. Dormimos en sus campamentos y allá  tenían una tonelada de cocaína", dijo Ronaldinho a medios colombianos a  quienes narró que fue reclutado en inmediaciones de la inspección de San  Felipe, en el Guainía en la triple frontera de Brasil, Venezuela y Colombia.

El brasileño aseguró que una vez que desertó, junto a un compatriota, fue  perseguido por los rebeldes. "Yo paré para buscar agua y cuando me lavé la  cabeza, tomé un poquito de agua, y me lavé los brazos que estaban muy  calientes, escuché dos tiros y (vi) que lo mataron", añadió.

En su versión, Ronaldinho dijo haber visto a un grupo de 50 indígenas  brasileños que se encuentran secuestrados por las FARC, pidió asilo a las  autoridades colombianas y expresó su temor a ser deportado a su país por las  eventuales represalias que pueda tomar este grupo.