La obtención de  trabajos personalizados con la rapidez y calidad de una imprenta tradicional es su principal fortaleza.

La existencia de un mercado cautivo en la industria de las imprentas, donde el volumen no es una limitante para efectuar trabajos de calidad, ha impulsado la adopción de procesos de impresión digital en las empresas del país.

La técnica digital se fundamenta, principalmente, en un tipo de impresión cuyo proceso de prensa (plasmado en el papel) difiere del proceso offset tradicional, explica Federico Cedeño, dueño de Edictal, compañía recién constituida que le apuesta a la impresión digital para demandas por debajo de los 1.500 ejemplares.

Publicidad

En la imprenta offset (tradicional), cada color (cyan, magenta, amarillo y negro) se coloca sobre películas de acetato y luego sobre planchas de metal. El contacto con el papel se hace mediante rodillos de caucho impregnados con la tinta, cuya característica es que no se mezcla con el agua. Proceso que demanda mucho cuidado y recursos.

Con la técnica digital se imprime automáticamente sobre el papel mediante inyección de tinta líquida punto a punto, o por medio de la fijación de tinta en polvo por calor, similar al funcionamiento de las impresoras caseras, sostiene Marcelo Núñez, presidente de la Sociedad de Industriales Gráficos Unidos.

La diferencia está en que las máquinas digitales son de mayor tamaño que las caseras y la puesta en marcha del negocio demanda una inversión que oscila entre los 100 y 200 mil dólares.

Publicidad

Tres fortalezas se destacan en la impresión digital. En primer lugar, el tiempo de secado de los trabajos: a diferencia de la impresión offset –que causa humedad en el proceso y requiere un tiempo prudencial para secar– entrega un secado instantáneo. Emplea una fijación por calor (láser).

Al ingreso del papel, su temperatura se eleva a más de 200 grados centígrados provocando que la tinta se funda y quede impregnada sobre él. Mediante atracción magnética, la fijación se da solo en los lugares donde se tiene una imagen o escritura, comenta Cedeño.

Publicidad

Esta característica hace posible la ejecución de trabajos en el mismo día del pedido, tras la recepción de un diseño ya terminado.

La segunda fortaleza es la personalización de los trabajos. Una vez elegido el diseño (por ejemplo: invitaciones o cotizaciones), los clientes tienen la posibilidad de imprimir cada trabajo con el mismo diseño base, pero con diferentes campos de identificación por cada impresión, por ejemplo: nombre, cargo, dirección, empresa.

Para ello, es necesaria la introducción –en un programa de computadora– de una base de datos con todos los campos por emplear. Dicho programa mezcla, automáticamente, los campos y los imprime uno a uno, lo que es imposible con la impresión tradicional, indica Juan Carlos Abad, director de operaciones de la compañía Offset Abad, que desde hace ocho meses opera con una línea digital.

En tercer lugar, existe la posibilidad de realizar impresiones bajo demanda. Debido a que el costo de las impresiones se mantiene casi constante por cada ejemplar, se imprimen solo las cantidades necesarias evitando desperdicios de dinero e insumos, comentan los empresarios.

Publicidad

Sin embargo, entre las limitantes de esta técnica está la imposibilidad de imprimir los colores dorado y plateado, además del tamaño máximo del papel, el cual hasta el momento es de formato A3 (42 cm x 29,7 cm), –exceptuando las gigantografías–.