El presidente de Ecuador, Alfredo Palacio, aseguró hoy que son "peligrosas para la estabilidad económica" las pérdidas registradas por la huelga en las provincias amazónicas de Orellana y Sucumbíos, que achacó a intereses políticos.

En una intervención por televisión, el jefe de Estado dijo que la producción petrolera se paralizó totalmente hoy, por lo que las exportaciones de crudo quedaron suspendidas.

"Aquí no está en juego la estabilidad de un Gobierno, está en juego la estabilidad del pueblo. No podemos permitir que se juegue con el destino del país, con su futuro", afirmó, mientras rechazaba el "chantaje político", aunque no precisó de donde procedía.

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Palacio lamentó que "las necesidades, largamente olvidadas, de la población se convierten en coartada para conseguir objetivos políticos oscuros", que no reveló.

"Las formas de violencia que han utilizado sus cabecillas llegan a extremos que atentan contra toda seguridad ciudadana. Se han destruido instalaciones petroleras, secuestrado bienes públicos, dinamitado un oleoducto, empleado bombas incendiarias, prendido fuego a una gobernación", relató el gobernante.

Palacio anotó que, en lo que va de la semana, "las pérdidas ya son peligrosas para la estabilidad de nuestra economía", pues la producción de petróleo descendió de 201.000 barriles de petróleo el pasado sábado "a cero" este mediodía.

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"Es un sabotaje contra el pueblo ecuatoriano. Esos dineros del petróleo, que hoy no vendemos, significan poner en riesgo los pagos a maestros, trabajadores de la salud, policías y militares", dijo.

El presidente indicó que los cambios hechos recientemente en un fondo de excedentes petroleros, que antes se destinaba en mayor parte al pago de la deuda exterior y que ahora se han redistribuido para el sector social, "corren riesgo de anularse".

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El gobernante indicó que, a las pérdidas de la producción petrolera estatal, se suma la de 328.000 barriles de las empresas privadas, correspondiente a 18 millones de dólares, de los cuales el Estado recibe aproximadamente la cuarta parte.

Palacio anotó que volver a la normal actividad en los pozos petroleros puede tomar un tiempo "prolongado. Los técnicos calculan que, incluso, si se reanudan las labores de inmediato, en agosto, las pérdidas sumarían más de 125 millones de dólares".

"Para septiembre, la pérdida ascenderá a 326 millones, y en octubre, suponiendo que hayamos podido reparar los daños causados, alcanzarían a 443 millones de dólares", aseguró.

El presidente se preguntó "por qué quienes vieron impasibles, y dóciles, la entrega del petróleo a los acreedores externos, hoy impiden que su producto sea para beneficio del pueblo ecuatoriano?".

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"A partir de la modificación de la Ley del FEIREP (el fondo de excedente petrolero) y otros cambios, muchas fuerzas se han levantado en contra. A quiénes responden?", se preguntó.
Para el presidente, "es vidente" que el Gobierno se enfrenta a "fuerzas que representan intereses políticos no confesos y que utilizan las legítimas demandas de la población".

"Tras ellos, están los mismos intereses, causantes de la ruptura democrática del país y del proceso de desinstitucionalización democrática, que puede llegar a ser irreversible", indicó, al anotar que "aquí, no está en juego la estabilidad de un Gobierno, está en juego la estabilidad del Estado ecuatoriano".

Justificó así el estado de emergencia decretado ayer para las provincias de Sucumbíos y Orellana, con el fin de "frenar el chantaje político y la violencia económica".

El presidente dijo que el Gobierno "está abierto al diálogo" con los pobladores de estas provincias y pidió a los dirigentes "suprimir de inmediato las acciones de fuerza y violencia".

Adelantó que una "comisión de altos funcionarios está lista para viajar, en cuanto los representantes de las dos provincias estén en condiciones de desarrollar conversaciones pacíficas".