En Grecia, la mayoría de las víctimas del avión chipriota murió o quedó en coma por respirar tóxicos.

El avión MD-82 de la aerolínea colombiana West Caribbean, que se estrelló el pasado lunes en Venezuela  matando a 160 personas, incumplía   normas técnicas y de seguridad.

La aeronave realizaba su duodécimo vuelo sin interrupción de la jornada, llevaba 20 horas consecutivas en operaciones.

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El birreactor MD-82, fabricado en 1986 y que en sus primeros años había operado en la  estadounidense Continental Airlines, había sido sometido ese día a una única inspección visual de media hora por autoridades aeronáuticas y los pilotos cumplían su cuarto vuelo nocturno consecutivo.

La West Caribbean suspendió ayer sus operaciones y las pasó a otras aerolíneas.

El accidente ocurrió la madrugada del martes cuando fallaron sus dos motores consecutivamente al intentar aterrizar de emergencia en Maracaibo, Venezuela.

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La Asociación Colombiana de Aviadores Civiles dijo ayer que advirtió reiteradamente a las autoridades aeronáuticas sobre riesgos en materia de seguridad aérea en general y en particular de la West Caribbean, tras el accidente de otro avión en  marzo pasado.

La compañía tenía seis investigaciones administrativas, un historial de problemas mecánicos y financieros, fue multada con 45.000 dólares por una serie de infracciones, incluyendo exceso de horas de trabajo de los pilotos, la falta de preparación de los tripulantes, entre otros.

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Autoridades venezolanas encontraron ayer la segunda caja negra del avión colombiano y recuperaron el 90% de  los restos de las 160 víctimas para identificarlos.

El accidente ocurrió dos días después de que un avión de la compañía chipriota Helios se estrelló en Grecia, matando a los 121 pasajeros. Las dos aeronaves pertenecían a líneas nuevas a bajo costo de transporte regional que están surgiendo en el mundo.

Asfixiados en Chipre
Un niño de unos 5 años que viajaba en el avión de Helios, sobrevivió al impacto del aparato y pereció probablemente durante el incendio posterior, según los forenses.

Los investigadores descartaron ayer que la mayoría de los ocupantes del avión hubiera muerto por descompresión o congelación, sino que pudieron haber fallecido por respirar un gas tóxico u oxígeno envenenado, dejándolos sin conciencia o en coma.

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También investigan informes de que el avión había sufrido problemas técnicos en el pasado, incluso una reciente descompresión de la cabina.

Los forenses chipriotas pidieron no enterrar a las víctimas hasta tener resultados de los exámenes tóxicos.

Ayer, cientos de personas atestaron una iglesia de Nicosia, la capital de Chipre, para el funeral del copiloto del avión, Pambos Haralambous.

Un hijo de Haralambous, Yiannis, que estudia para piloto, dijo que su padre, ingeniero de vuelo y piloto durante 25 años, llevaba un diario detallado de cada uno de sus viajes. “Me dijo que si publicara su diario, la compañía (Helios) cerraría”, indicó en televisión. Su padre llevaba el diario consigo pero no ha sido hallado.