Muchas veces el campo de la ley coincide con el campo de la ética y la moral. Sin embargo, hay veces en  que la ley no condena ciertas conductas que pueden ser inmorales o no éticas.

Haber sido designado por el Congreso Nacional del Ecuador como magistrado de la Corte Suprema de Justicia el 8 de diciembre del 2004 no es un acto ilegal, pero al haber aceptado esta designación y contribuir para la desestabilización constitucional del país, sumergir al mismo en un caos jurídico del que todavía no sale, contribuir a la mayor crisis institucional que ha vivido  Ecuador en su historia, es definitivamente inmoral y no ético.

Cabe ahora preguntarmos, ¿puede alguien que ha contribuido activamente con esta crisis ser designado nuevamente para magistrado juez? ¿Tiene la calidad moral siquiera para presentarse al proceso de designación? Creo que la respuesta de todo el Ecuador es un rotundo no.

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Recordemos la pugna entre los dos grupos dentro de la Corte Suprema de Justicia que también contribuyeron al caos en el que nos encontramos. ¿Ilegal? No, pero pretender volver al ‘carguito’ es definitivamente inmoral, alarmante y sospechoso. ¿Será que el Ecuador puede tolerar que cualquiera de estos otros jurisconsultos regrese al cargo? Creo que la respuesta en este caso también es un rotundo no.

Es verdad, no existe un impedimento legal para que quienes formaron parte de la Corte Suprema, destituida el 8 de diciembre, se presenten como postulantes, tampoco hay impedimento para que los Pichiministros lo hagan, pero existe un impedimento moral y ético enorme.

Esperemos que cuando sea tiempo de impugnar estas candidaturas no seamos los únicos en ver esta realidad. Pienso que hay en esta nación excelentes personas que nos honrarían con formar el Tribunal de Justicia más alto del país y que no están contaminados con este apego al cargo.

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Dr. Xavier Bermeo Tapia
Quito