Funcionarios griegos dijeron ayer que en la caja negra del avión chipriota Boeing 737-300, de Helios Airways, que se estrelló con 121 personas el pasado domingo, no estaba la grabadora que registra las conversaciones en la cabina del piloto, lo que obstaculiza las investigaciones.

Las autopsias que se hicieron a los cadáveres de 20 de las víctimas, entre ellas una aeromoza y el copiloto, Pambos Haralambous, indican que se hallaban vivas cuando el avión se estrelló, dijo el médico forense Nikos Kalogrias.

El jefe de médicos forenses de Atenas, Fillipos Koutsaftis, dijo que aunque algunas de las víctimas habrían estado vivas al caer el avión, era posible que hubiesen estado inconscientes.

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El avión había tenido anteriormente  problemas de presurización, indicó ayer la compañía Helios.

“En los seis años de existencia de Helios, solo tuvimos un incidente de  presurización”, indicó la empresa en un comunicado publicado en su sitio en internet.

Según la declaración de Helios Airways se confirmó que el avión que se accidentó el domingo es justamente la aeronave que sufrió las fallas en el sistema de presión.