En medio de las protestas, un grupo de manifestantes se tomó una estación de Petroecuador.

Un canal de negociación será posible si se levanta el paro, advirtió el Gobierno.

El Oleoducto Transecuatoriano (SOTE) suspendió sus operaciones ayer  debido a que pobladores de provincias amazónicas invadieron sus instalaciones en demanda de recursos para obras de infraestructura, confirmó una fuente de Petroecuador.

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“El oleoducto paró sus operaciones debido a que manifestantes ingresaron en la estación de control 1 de Lago Agrio y obligaron a la paralización”, afirmó  un funcionario técnico de la compañía, que prefirió no ser identificado.

El SOTE transporta unos 350.000 barriles de petróleo por día o el 87,5% de su capacidad nominal. El oleoducto –de Petroecuador– es uno de los dos con los que cuenta el país para evacuar su producción desde la Amazonia hasta el puerto de Esmeraldas.

En tanto, el sistema del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) opera normalmente desde Nueva Loja (Lago Agrio) hasta Esmeraldas, se informó en un comunicado.

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“Las estaciones de bombeo y el oleoducto no registraron hasta las 16h00 de hoy (ayer) ninguna novedad que altere el sistema de transporte de crudo pesado”, dice el informe.

Vías y campos petroleros
Los pobladores y autoridades de Sucumbíos y Orellana, sede de los principales campos petroleros del país, lideran desde el lunes una protesta que incluye el cierre de carreteras y la toma de campos de Petroecuador, para exigir a las petroleras privadas recursos para obras de infraestructura.

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La misma fuente informó que en poco más de 24 horas de paro se registran $ 2,65 millones en pérdidas económicas por la paralización de la explotación en 110 pozos.

Aseguró que la medida impidió, entre el lunes y martes, la extracción de 53.000 barriles de crudo de los campos Cuyabeno, Sansahuari y Ruales, lo que significa alrededor del 25% de la producción total de 203.000 barriles diarios.

A esa cantidad se suma el aporte de unos 107.000 barriles diarios que por ley entregan las petroleras privadas a Petroecuador. La información acerca de las pérdidas de las empresas privadas aún no ha sido facilitada por la Dirección Nacional de Hidrocarburos.

El general Gonzalo Mesa, jefe de la IV División Amazonas, a cargo de las dos provincias paralizadas, dispuso la movilización de 1.500 soldados a la zona para custodiar las instalaciones petroleras y las instituciones públicas.

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La protesta fue convocada por los prefectos de Sucumbíos, Guillermo Muñoz, y de Orellana, Guadalupe Llori, en demanda de que las transnacionales que laboran en la zona inviertan en la construcción de carreteras, centros médicos y otros servicios públicos para las dos provincias.

Mediante barricadas con piedras, árboles derribados y llantas quemadas, cientos de pobladores de esas provincias impiden la circulación por la red vial, mientras los aeropuertos de Nueva Loja y Coca no están operando.

Mediante un comunicado los miembros de la Asamblea Biprovincial, que coordina las protestas, confirmaron que unas 40 personas, entre ellas el prefecto Muñoz, se tomaron la estación de control de Lago Agrio luego de enfrentamientos con militares que dejaron como saldo heridos y golpeados en ambos bandos.

Mientras, el comandante de la Brigada de Selva Nº 19 Napo, coronel Miguel Fuertes, informó anoche, mediante un comunicado, que tras los enfrentamientos en Orellana y Sucumbíos, el sargento Juan Carlos Cedeño fue tomado como rehén por una turba; seis militares quedaron heridos en el cantón Sacha y doce personas están detenidas.