El recuerdo de Juan Pablo II dominó ayer las ceremonias de inauguración de la Jornada Mundial de la Juventud, una tradición creada por el recientemente fallecido pontífice, aunque los peregrinos dieron también la bienvenida por adelantado al nuevo Papa, Benedicto XVI.

Pese a que Benedicto XVI es alemán y a que la visita que hará a Colonia (entre mañana y el domingo próximos) para participar en la Jornada será su primer viaje al extranjero, el protagonista del día de apertura fue Juan Pablo II, quien convocó la reunión de Alemania y mantuvo su plan de acudir cuando ya estaba enfermo.

La Jornada se inauguró con tres misas simultáneas, una en Colonia donde se celebran los actos centrales de estos encuentros, y otras dos en las vecinas Düsseldorf y Bonn.

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En la misa de Colonia, el cardenal Joachim Meisner recordó cómo en una visita que hizo a Juan Pablo II cuando este estaba en el hospital, semanas antes de su muerte, el Papa le preguntó si lo seguían esperando en Colonia y Meisner le contestó: “Santo Padre, le esperamos imperturbables”.

Por ello, añadió el cardenal, ahora “gritamos al cielo Juan Pablo II te esperamos y allende los Alpes llamamos Benedicto XVI te esperamos”.

La Jornada de Colonia cuenta con el patrocinio de dos papas, uno que está en el cielo y otro en la tierra, según dijo el arzobispo,  encantado de acoger la Jornada en su ciudad y aceptó incluso ponerse un típico gorro de carnaval que le ofreció un joven en la misa.

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Cada vez que alguien pronunciaba el nombre de Juan Pablo II, los 50 mil jóvenes congregados en el estadio de Colonia proferían gritos de entusiasmo.