El papa Benedicto XVI alentó ayer a que sean colocados crucifijos en los edificios públicos, al  destacar que Dios necesita estar presente en la vida de las comunidades.

Es importante que Dios sea grande entre nosotros, ya sea en la vida pública o en la vida privada, dijo Benedicto en su homilía en una parroquia en Castel Gandolfo, la sede estival del Papa en una de las colinas que rodean Roma.

“En la vida pública, que Dios esté presente mediante la cruz en los edificios públicos. Y que Dios esté presente en nuestra vida comunitaria”, destacó Benedicto.

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El Pontífice no se refirió a pugnas específicas, pero el tema de la presencia de los símbolos religiosos en los edificios públicos ha sido un asunto polémico en Italia y en otros lugares.

Un musulmán recurrió a los tribunales italianos en el pasado, aunque sin éxito, a fin de que se retiren los crucifijos de las escuelas públicas en Italia.

El predecesor de Benedicto, Juan Pablo II, se pronunció en el debate sobre la exposición de crucifijos en las escuelas públicas en el 2003 cuando dijo a los funcionarios europeos que su retirada podía provocar la inestabilidad e inclusive podrían surgir conflictos en las sociedades multiétnicas de Europa.