Ecuador está entre los cinco  países cuya legislación no favorece a los partidos políticos,  según un análisis que el consultor político uruguayo Juan  Rial, hizo el 4 de agosto pasado, durante  el seminario denominado ‘El desafío de los Partidos Políticos’, organizado  por la Flacso.

En la ponencia de Rial, facilitada por esa institución, se  incluyó un estudio de las leyes  para grupos políticos en doce  países  de Centro y Sudamérica, de los cuales señaló a cinco  como los más afectados  (Ecuador, Bolivia, Nicaragua,  Venezuela y Colombia).

En Ecuador, afirma el documento, se produce una alta  fragmentación, deslegitimación y desinstitucionalización   de los partidos; en Bolivia,  también hay desinstitucionalización y deslegitimación; en  Colombia, los partidos están  pulverizados y personalizados. Hay figuras independientes importantes en gobiernos  locales; en  Nicaragua, hay un  control de las máquinas partidarias y enfrentamiento entre  poderes. El Presidente no tiene respaldo partidario; en Venezuela existe control por una  personalidad dominante y hay  baja institucionalidad.

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Para su conclusión sobre  Ecuador, el consultor uruguayo menciona cuatro artículos   de la Constitución (98, 115, 116,  177) que se refieren a la conformación de los partidos.

Rial asegura además que “la  efervescencia de cambio  constitucional” llevó a los países andinos a realizar reformas durante la década pasada,  que le quitaron a los partidos  políticos “el monopolio de la  representación del soberano”  (el pueblo).

Entre esos cambios recordó:  el de Colombia, en 1991 (para  dar “nuevos espacios” a agrupaciones no tradicionales); en  Perú, en 1993 (para legitimar el  golpe de Estado del 92); el de  Ecuador, en 1997, para dar legitimidad a un gobierno transitorio (Fabián Alarcón); y Venezuela, en 1999, para fundar  la República Bolivariana. Solo  faltó Bolivia.

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En todas ellas, dice el uruguayo,  aparecen el propósito  de la democracia participativa  y  directa, “que   son elementos  útiles siempre y cuando complementen al sistema representativo, pero no que lo suplanten”.

Otro factor que ha afectado  a  los partidos, añade el documento, es que se ha procurado  facilitar el ingreso a la competencia electoral de agrupaciones informales de electores, y  se implementaron cambios favoreciendo el tipo de voto  preferencial, “lo que  ha contribuido a la individualización de  la política”.

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Todo esto ha  generado, según Rial,  la multiplicación de  los partidos en la región andina. “Al punto que hoy en los  cinco países andinos existen  165 organizaciones políticas  legalmente inscritas y 97 representadas en los cinco congresos de estos países”.

Pero manifiesta que la mayoría de ellos son microempresas políticas destinadas a la  promoción electoral de una  persona.
En el Perú, los vehículos usados como “partidos”  de los dos últimos presidentes  (Alberto Fujimori y Alejandro  Toledo) tenían menos de ocho  años de vida cuando ganaron  las elecciones, igual que Hugo  Chávez en Venezuela.

Dos de los cinco presidentes  actuales no tienen partido y ni siquiera fueron electos por el  soberano (pueblo), Alfredo  Palacio, en Ecuador; y  Eduardo Rodríguez, en Bolivia.
Ninguno de los cinco  presidentes  andinos representa actualmente a un partido “histórico”  y por lo menos cuatro de ellos  son verdaderos outsiders.