Tengo una compañía de transporte, por error detuve la guía de remisión en mi oficina y envié el camión a descargar el resto de mercadería, la cual fue bajada en mi oficina una parte y la otra se quedó en el camión por encontrarse en la parte del fondo, sin llevar guía de remisión.

Después de media hora de haber salido mi camión a descargar me llamó el estibador para indicarme que el Servicio de Rentas Internas (SRI) lo tenía incautado con toda  la carga y que esa era la única llamada que le permitían hacer, ya que estaba prohibido comunicar lo  sucedido. Diciéndole estas palabras uno de los uniformados que se comunicaba  con una empleada del SRI: Que no llame a nadie, que no conteste las llamadas  al celular que pertenece a nosotros y  no comunicara nada de que el camión estaba siendo incautado y que tenía 10 segundos para enviar un mensaje, de lo contrario, le quitaba el celular, optando por contar los segundos la señorita del SRI, que jamás se identificó, ni los uniformados que eran como cinco  y dos señoritas del SRI.

Llegué con las guías de remisión  que estaban en mi oficina, pero ya  era muy  tarde, quise subirme al camión para irme con ellos y los agentes se adueñaron del camión, tal es así que quisieron quitarle las llaves, la matrícula y la licencia al conductor, por lo que me opuse indicándoles  que en la otra esquina estaba un vigilante, al que iba a recurrir si me quitaban las llaves del camión, por lo que les  hice bulla diciéndoles  que estaban abusando del poder y del uniforme, al punto que un uniformado, del cual tengo nombres y apellidos, se portó  patán conmigo, amenazándome con llevarme detenida si seguía en ese plano a tal punto de decirle a otro compañero de él que me esposara como delincuente, cosa que no lo pudieron hacer porque uno de ellos intervino.

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Lo más aberrante es que el automotor fue escoltado en la parte delantera y posterior  por uniformados que amenazaban a cada instante al chofer, llevando el camión al sur donde ingresaron a tres bodegas diferentes ya que ni el mismo personal del SRI sabía cuál bodega era la que colaboraba con ellos optando por dejar la mercancía en las bodegas de Almagro. Ahora para sacar la mercadería del SRI me piden un sinnúmero de documentos y el trámite es largo y engorroso. Solo espero que no tomen represalias para  sacar mi carga por las verdades expuestas aquí.

Es así como nos tratan a los ecuatorianos, que en vez de ayudarmos a salir adelante nos cierran el camino para trabajar, yo estoy laborando dentro de lo legal, el hecho es que erré y lo acepto, pero enmendé mi falla y acudí en el momento a entregar los documentos y no los aceptaron; para estas personas no hay error humano, ellos son tan perfectos que creen que por tener un uniforme quieren amedrentar a cuanta persona se les atraviese.

Espero que el SRI trate de instruir a su personal y a los uniformados que trabajan con ellos antes de enviarlos a las calles y no abusen del poder, ya que todos nos necesitamos unos a otros de cualquier manera.

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Solanda Cedeño Chang
Guayaquil