Diplomáticos de Estados Unidos y las Naciones Unidas intensificaron ayer sus presiones sobre los negociadores sunitas para que acepten el texto de una nueva Constitución, apenas dos días antes del plazo final para su aprobación. 

Las negociaciones finales en torno al documento ocurrieron en momentos de continua violencia, que EE.UU. confía se atenuaría con la aprobación de la Carta fundamental.