A estas alturas del partido, la TV por suscripción está muy lejos de ese halo elitista y reducido que tuvo en los años noventa. Ahora mismo, la Supertel registra 175.000 usuarios de televisión pagada. En otras palabras: estamos hablando de que 735.000 ecuatorianos están  viendo algo de lo que ofrecen algunas de las 100 concesionarias (si leyeron bien ¡100!) que operan a lo largo y ancho del territorio.

Pero aun así, las cifras oficiales pueden quedarse cortas ante la realidad: fuentes de la industria señalan que la cifra real de suscriptores bien puede multiplicarse por dos. Es decir, 350.000 usuarios que elevan la cifra total a 1’500.000 habitantes con acceso a este tipo de TV. Ese nivel de penetración ubica al Ecuador como uno de los países de la  región donde la TV de pago es muy importante. Estamos solo por debajo de Chile y por encima de Colombia y Venezuela.

En el caso chileno, el uso intensivo de la TV de pago (20% de la población)  se justifica por el alto nivel de vida de la población; en el Ecuador, en cambio, la mala calidad de la TV abierta junto a la inexistencia de una televisión cultural y pública ha provocado que todos quienes tengan posibilidades migren hacia el otro lado.  De hecho, la mayor parte de familias de estratos medios y altos conciben a la TV de pago como algo casi tan básico como el teléfono fijo (y/o móvil) o la electricidad.
 
En Europa, especialmente, algunos expertos en medios relacionan el boom de la TV de pago con el declive y pauperización de la TV abierta. Incluso llegan a plantear que lo uno es consecuencia de lo otro; pues se sugiere que existe una estrategia empresarial para provocar una necesidad en los consumidores que finalmente se traduce en el pago por un servicio que hace pocos años no exigía ninguna cantidad en metálico.

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La teoría pudiera ser una mera especulación académica, aunque es llamativo que en nuestro país dos de los principales canales de señal abierta, TC Televisión y Ecuavisa, sean “primas” –empresarialmente hablando– de las dos principales operadoras de TV de pago: TV Cable y Univisa. Aunque cabe aclarar que en Univisa tiene participación accionaria este Diario.  

Si bien en el país operan más de 100 empresas que ofrecen servicios de TV satelital, TV por cable y TV codificada terrestre, en cada uno de estos sectores hay una empresa líder, tanto por el número de suscriptores como por su cobertura nacional. Así, DirectTV con 18.000 abonados es la empresa que ofrece TV satelital. Univisa, con 12.000 suscriptores entre Quito y Guayaquil, opera señal codificada terrestre. Y, finalmente, TV Cable tiene casi 80.000 suscriptores repartidos en diversas provincias de la Sierra y la Costa, aunque el grueso de su público está en Quito y Guayaquil. Las restantes operadoras tienen en su mayoría menos de 500 suscriptores y operan en pequeñas regiones. Todas las cifras son de la Supertel y se basan en el censo de población del INEC, proyectado a enero del 2005.
Sin embargo, fuentes de la industria televisiva concuerdan en que las estadísticas oficiales “están desactualizadas” y que la cantidad de suscriptores es mucho mayor. Esto no pudo ser confirmado, pues cada empresa maneja las cifras reales como  “secretas”.

Sean cuales sean los números, hay un hecho inocultable: ante el declinar de las señal?es abiertas en el Ecuador; el ritmo lo comienza a marcar la televisión de pago. En gran parte del territorio, incluso, es la única opción ante la escasa presencia de la TV abierta. Eso sucede en la Amazonia y en Galápagos. Con el agravante que gran parte de la programación que se ofrece allí proviene de Perú y/o Colombia. Lectores de Galápagos, por ejemplo, cuentan que muchos niños de las islas piensan que el presidente de la República es Alejandro Toledo…

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La TV pagada trae consigo una gran promesa: mayores opciones de programación con mayor calidad frente a lo que oferta la TV abierta. De las 100 operadoras, ¿cuántas cumplen realmente? ¿Quién controla que se cumpla? Preguntas para que respondan las autoridades de control.

Producción propia ausente o mala
Como está registrado, TV Cable se ha consolidado como el mayor sistema de televisión pagada. Sus paquetes de programación también son los que más opciones ofrecen.
Por ejemplo, hace poco completó  HBO-Cinemax con una variedad de canales que incluye como principales novedades HBO Plus Este, HBO Plus Oeste, HBO Familiar Este y Oeste, Cinemax Prime Este y Oeste y Cinecanal Classics (dedicado solo a pasar películas clásicas).

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Pero la producción  propia es la gran ausente: Univisa y DirecTV  sencillamente no la tienen  y esa es una de sus debilidades, mientras que TV Cable transmite la señal de dos canales propios, Cablenoticias y Cabledeportes. No obstante, la oferta de estas dos televisoras son más que limitadas: para ver a Pinoargotti y a Mariela ya se tiene la TV abierta. Mientras que la mezcla de farándula, publirreportajes y “simpatía “de ‘El ojo del huracán’ es impresentable en cualquier tipo de televisión.

Si en Cabledeportes existe ese verdadero champú conceptual, Cablenoticias tampoco es una opción, pues simplemente se dedican a la repetición constante de los estáticos (en todos los sentidos) programas conducidos por algunos periodistas de Gamavisión y TC Televisión o puestos en manos de líderes de opinión con poco sentido del medio televisivo. Está claro que la lógica es la de invertir lo menos posible en estos canales y que se los mantiene como eslabones menores destinados a acrecentar un poder mediático.

Porque no es poco habitual que la penetración de TV Cable sea utilizada como una herramienta de poder de un grupo mediático, como bien puede interpretarse del hecho de que Ecuavisa Internacional (de su directo competidor) no se pueda sintonizar por TV Cable, aunque las leyes del país dispongan que todas las estaciones de TV abierta deban ser subidas gratuitamente por los operadores de TV pagada.

¿Otro ejemplo? Al ser más detallista, se observa que en las nuevas cajas decodificadoras digitales tampoco se proporciona información detallada de los canales que no son parte del Grupo. Los espacios de Teleamazonas, Telesistema, Ecuavisa y Canal Uno son englobados como “programación”, sin más ni más. Mientras que –coincidencialmente- las parrillas de Gamavisión y TC Televisión son descritas con precisión.

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Y, finalmente, tampoco está lejano el recuerdo que durante las sucesivas “guerras de canales”, las señales de las cadenas “enemigas” hayan sufrido misteriosas caídas o se hayan deteriorado súbitamente.

Con su grado de penetración creciendo cada día, con el liderazgo en los cambios tecnológicos (introducción de cajas digitales, aunque sea de medio uso) está claro que la TV de pago se ha constituido en un jugador de primera fila en la TV ecuatoriana y  todo apunta a que su influencia seguirá creciendo. Sin embargo, la ausencia de programación propia de calidad es el gran tema pendiente.
Y justo ahí es cuando el camino se vuelve pedregoso.

Ecuador es uno de los países andinos con mayor penetración de la televisión pagada. La empresa más grande es TV Cable, del grupo empresarial Isaías. Su oferta se ha reforzado con toda una sección de canales líderes en películas: HBO Plus, CineMax Prime y Cinecanal Classic. Sus "nuevos" decodificadores digitales manejan información de texto. Una de las razones por las cuales las familias contratan TV de pago es por la programación infantil de calidad, como la que ofrece Walt Disney Channel.