En la iglesia de San Blas, una escultura de un artista cuencano representa a un esbelto rubio que debe ser el arcángel Gabriel pisándole en el pescuezo a un pobre negrito, que además de pobre tiene cachos. En la iglesia de La Merced existe otra escultura en la que se observa a un judío torturándole a Jesús (en Cuenca a los avaros se les dice judíos de la Merced).

Hago alusión a estos pasajes, porque tuve la oportunidad de observar en un canal de TV  un reportaje donde se expresaba asombro de que en un bar de la ciudad de Cuenca nuestros artistas lo hayan decorado con una estrafalaria mezcla de iconografías religiosas y otros símbolos. Bien o mal ejecutados, es su libertad, que aquí en Cuenca la respetamos. Existe también una casa de vampiros, supuestamente en homenaje al Marqués de Sade, ubicada en el sector de El Paraíso, que no hace mal a nadie, es el gusto del dueño.

Señores periodistas, es importante la forma de expresar una opinión, en la que no exista susceptibilidad, pero de humanos es errar.

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Ing. Civil Luis Vásquez Gárate
Cuenca