"El componente psicosocial es vital para el éxito de los tratamientos de esta enfermedad. Las mujeres con esta patología encuentran en él una forma de mejorar su calidad de vida. La pesca con mosca es una actividad que promueve el bienestar emocional y físico de estas pacientes."

Muchos años atrás, la palabra cáncer provocaba miedo de solo pronunciarla. En la actualidad, si bien los adelantos médicos han logrado que el cáncer sea en ocasiones una enfermedad menos terrible y que de hecho quienes padecen ciertos tumores puedan extraerlos a tiempo y con éxito, todavía sigue siendo una patología que genera preocupación y que es causa de muchas muertes en el mundo.

Por eso, cuando las mujeres se enfrentan a un diagnóstico de cáncer de mama pueden experimentar miedo, frustración, confusión, ansiedad, aislamiento e incluso pueden llegar a negar que están enfermas. Si se realizan una mastectomía o se someten a una cirugía de extracción del tumor pueden sentir vergüenza, baja autoestima y disgusto físico. Y cuando deben hacer quimio o radioterapia pueden sufrir efectos secundarios negativos, como cansancio, náuseas, malestar o pérdida de pelo, lo que hace que vean afectado no solo su aspecto físico sino su cotidianeidad.

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Por eso, cuando se padece cáncer se recomienda que las pacientes cuenten con el apoyo de su grupo familiar y social, para que las ayuden a transitar esos momentos difíciles en los que el pensamiento sobre la muerte siempre está presente. También se recomienda que busquen sostén en un asistente social, o un profesional de la psicología o que concurran a grupos de ayuda para compartir su experiencia.

Dentro del amplio marco de las terapias psicosociales para ayudar a las mujeres con cáncer de mama se encuentra la pesca con mosca, que también resulta beneficiosa en lo corporal.

Esta alternativa se suele practicar en grupo y está coordinada por especialistas, que no solo enseñan a pescar a las mujeres sino que les proveen un marco de reflexión y contención sobre su enfermedad. Como se realiza en lagos, los bellos paisajes en los que se reúnen las pacientes son ámbitos naturales, de quietud, que favorecen la interacción grupal y reducen la sensación de soledad que algunas de ellas pueden sentir.

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Así las mujeres se reúnen e intercambian sus vivencias sobre la enfermedad, sus familias, los cambios que han experimentado en su cuerpo y conversan no solo entre ellas sino con las psicólogas y asistentes sociales que suelen acompañar a estos grupos. Por otro lado, el hecho de que la pesca con mosca sea una nueva actividad para muchas de ellas hace que sientan que tienen un nuevo proyecto que encarar. Se embarcan y entusiasman con la compra de la ropa y los equipos y suelen tomarse el proceso de aprendizaje de la técnica como algo muy serio. Así es que se concentran y redirigen su energía en este nuevo deporte.

Pero además de estos beneficios para su salud emocional, los movimientos corporales que requiere la pesca con mosca las ayudan también a realizar ejercicios para la movilidad de sus tejidos y para estimular la zona afectada por el tumor, la cirugía y los tratamientos, pero fuera del ámbito hospitalario y en compañía de otras mujeres.