El presidente peruano, Alejandro Toledo, pidió ayer la renuncia a todo su gabinete y dijo que evaluará quiénes conservan su lugar, luego de la dimisión del primer ministro, en protesta por la designación como canciller de un polémico aliado del mandatario.

El nombramiento de Fernando Olivera como canciller provocó la renuncia del primer ministro, Carlos Ferrero, y del secretario de Vivienda, Carlos Bruce, quienes se oponen a una ley a favor de los cultivos de coca en una región sureña de Perú.

Esta legislación –en un país que es el segundo productor mundial de cocaína– es apoyada por Olivera, uno de los principales aliados de Toledo.

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No obstante, el mandatario dijo que solicitó la dimisión de sus ministros para dar oportunidad a quienes quieren postularse a la presidencia o al Congreso en las elecciones de abril del 2006.

La fecha máxima para presentar candidaturas presidenciales es el 8 de enero y los aspirantes al Congreso tienen como plazo hasta el 7 de febrero próximo.

La Constitución ordena que cuando dimite el primer ministro, el resto del gabinete debe poner también su cargo a disposición.