El dramaturgo, actor y director peruano es la primera vez que visita Guayaquil como profesional. Vino para ofrecer un taller y dos espectáculos.

La biomecánica teatral es un sistema del arte escénico que ha vuelto a ser ejecutado hace menos de una década, sostiene el peruano Gustavo Cabrera, quien se encuentra en Guayaquil ofreciendo un taller sobre la temática y, además, esta noche presenta dos de sus espectáculos.

A él le interesó la técnica que emplea la biomecánica teatral porque “le da precisión al trabajo del actor, ofrece la posibilidad de centrar tu trabajo en la capacidad de expresión corporal del individuo”.

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La biomecánica recoge aspectos como las posiciones, los gestos y movimientos oportunamente practicados y seleccionados en el montaje escénico. La gravedad, el equilibrio del cuerpo y la sintetización de acciones son fundamentales.

Cabrera descubrió  este sistema de entrenamiento de actores en 1998 cuando culminaba sus estudios de actuación en la Pontificia Universidad Católica de Perú. El director alemán Matthías Poppe lo preparó junto con otros alumnos en la puesta en escena de la obra La misión, de Heiner Müller, en la que usó algunas características de la biomecánica teatral.

El ruso Vsevolod Emílievich Meyerhold fue el creador del sistema en la década del veinte del siglo pasado. “Todas las artes tenían en ese entonces un estilo particular, mientras que el teatro estaba estancado, por lo que optó por mezclar la comedia del arte, la pantomima y el teatro oriental que trabaja en un centro de fuerzas que son las piernas y el abdomen, los que impulsan al movimiento en el resto del cuerpo”.

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Cabrera dice que el sistema fue vetado por Stalin en Rusia debido a que “la estética de la técnica iba en contra del estilo naturalista de las artes en los años veinte”.

El interés despertado actualmente por la biomecánica teatral puede ser disipado mediante los textos teóricos que se conservan de la creación de Meyerhold, pero no hay ningún soporte práctico del sistema, añade el actor, de 32 años, quien también ha creado varios trabajos escénicos y los ha dirigido dentro de su proyecto Teatro Postal Arte Itinerante que creó en el 2001 y en el que, varias veces, han participado otros actores.

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Hace dos años visitó Quito en compañía de su amigo Cristian Frías, quien también se interesó por la biomecánica. Juntos presentaron en un encuentro escénico en la capital la pieza Claus, que se basa en un cuento de Hans Cristian Andersen.

Ahora Cabrera presenta dos espectáculos en las que utiliza varios principios del sistema que lo cautivó, como la transformación de personajes mientras narra la fábula.

El primer trabajo teatral, para público infantil, se denomina Diverticuentos y en este mezcla narración oral y teatro. Dentro de este se desarrollan tres pequeñas obras: El leñador honrado, La achiké y Periquito y el rey Mago. La presentación es esta tarde (17h00) en el auditorio de la Alianza Francesa de Guayaquil, situado en Hurtado 436 y José Mascote.

El segundo show, para público adulto, se llama La misma historia (una historia de amor... al arte) y se centra en la vida de un actor que trabaja en la calle y es su profesión la que se convierte en su amor. La función es a las 20h00 en el mismo sitio. Las entradas a ambas piezas son gratuitas.

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El artista peruano menciona que anhela llevar sus creaciones a más lugares, como ya lo hizo en varios departamentos de Perú, y en Chile.