Irán rompió ayer los sellos puestos por las Naciones Unidas en su planta de procesamiento de uranio de Isfahan, aumentando la confrontación con países de Occidente que temen que pueda desarrollar armas nucleares.

“La remoción de sellos fue completada. La planta está completamente operativa ahora”, dijo Mohammad Saeedi, subjefe de la Organización de Energía Atómica de Irán.

La AIEA selló varias áreas de la planta de enriquecimiento de uranio después de que Teherán acordó suspender, en noviembre pasado, sus trabajos con energía nuclear, como parte de un acuerdo con Alemania, Francia y Gran Bretaña.

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La medida buscaba relajar las tensiones después que la AIEA descubrió que ese país escondió su actividad nuclear durante años.

A inicios de esta semana, Irán reanudó trabajos en secciones menos importantes de la planta tras rechazar un paquete de incentivos políticos y económicos de los tres principales países de la Unión Europea a cambio de que renuncie a sus tareas nucleares.

Irán insiste en que su programa nuclear tiene fines pacíficos. Bajo el Tratado de No proliferación de Armas Nucleares (NPT, por sus siglas en inglés), suscrito por Irán, Teherán puede procesar y enriquecer uranio para fines pacíficos.

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Pero Alemania, Francia y Gran Bretaña dicen que la única manera de comprobar intenciones pacíficas es renunciar a tecnología clave.

Sin consenso
Mientras Irán reabría su planta nuclear, Gran Bretaña, Francia y Alemania presentaban ante la AIEA una moción instando a Teherán a retroceder en la reanudación de actividades nucleares.

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Pero no se pudo lograr un consenso, en parte por la oposición de los Países No Alineados, como Argentina, Brasil o Sudáfrica.

Estos países están preocupados por la repercusión que  pueda tener en sus propias aspiraciones nucleares y son partidarios de una simple declaración en vez de una resolución, más obligatoria.