La Sociedad Protectora de la Infancia fue fundada en 1905 por el doctor
León Becerra.

Sus cuartos con sus camas se asemejan a los vistos en los cuentos de hadas. Muñecas y peluches abrazados entre sí yacen encima de las camas bien tendidas; mientras que el reflejo de los pequeños que por sus recámaras transitan se observa con facilidad en sus pisos bien limpios.

Pero no es un cuento, es una realidad. Es el hogar de niños huérfanos Inés Chambers Vivero, donde se alimentan, educan, visten, recrean y se forman moral y espiritualmente 29 niños huérfanos.

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Este hogar tiene como objetivo primordial mejorar el nivel de vida de niños y jóvenes desprotegidos por sus familiares.

La institución es una de las más antiguas de la ciudad y es regentada por la Sociedad Protectora de la Infancia (SPI), organización que el próximo 5 de octubre cumplirá un siglo de vida institucional.

La SPI regenta varias instituciones, como el hospital de niños León Becerra; el hogar de huérfanos Inés Chambers Vivero, la escuela mixta San José del Buen Pastor y la guardería Emilio Estrada Icaza, cuyo establecimiento se encuentra ubicado en las calles Domingo Savio entre Carchi y Tungurahua, sur de Guayaquil.

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La voluntaria del comité de damas de la Sociedad, Elsie Montalván, comenta que la lucha por los más necesitados es sacrificada porque “no siempre se obtiene la ayuda de la comunidad para continuar con nuestra labor”, cuenta Montalván, quien ratifica que “a pesar de eso nunca hemos dejado de trabajar por los demás”.

El mismo criterio es compartido por Hellen Menéndez de Lapentti, vicepresidenta de la SPI, quien además señala que el albergue requiere de fondos para mejorar su infraestructura y seguir atendiendo a decenas de niños que llegan a vivir a esa casa, porque sus familias tuvieron problemas de drogadicción, alcoholismo, agresión sexual, abuso o se quedaron huérfanos.

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Menéndez comenta que el hogar de niños se mantiene por las donaciones de empresas privadas que ayudan cada mes a mes a sufragar algunos costos de la entidad; sin embargo, aduce que “se necesitan más fondos porque la institución es muy grande y por ende las necesidades crecen.

El hogar tiene dos áreas: una para  hombres y otra para  mujeres. Solo comparten el comedor y el cuarto de estudio. Teniendo capacidad para albergar a 80 menores, la institución solo tiene 29.

“Son chicos que nos llegan por medio de entidades como el Instituto Nacional del Niño y la Familia (Innfa) o porque se conoce de casos de agresión y maltrato; aquí hay un departamento de trabajo social que realiza toda una investigación para conocer el estado de la familia del chico antes de que el pequeño ingrese”, refiere la directora del hogar de niños, Gricelda Montero. 

Destaca que también reciben ayuda de la Dirección de Acción Social y Educación del Municipio (DASE), la cual les ha extendido quince becas para los menores que viven en el hogar para huérfanos.

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En la escuela San José se educan 250 niños de escasos recursos económicos, y en la guardería se atiende a 50 niños, también de escasos recursos.

Las personas o instituciones interesadas en colaborar con la SPI pueden llamar al teléfono 244-8774.