La mexicana Ana Guevara, después de casi dos  temporadas atacada por las lesiones en una zona cerca del tendón de Aquiles del  pie izquierdo, ganó este miércoles la medalla de bronce del Mundial de Helsinki  en 400 metros planos, en una prueba ganada por la bahameña Tonique Williams.

Guevara, además, marcó un registro de 49.81, después de que no hubiese  podido bajar antes los 50 segundos esta temporada, quedando detrás de las dos  favoritas, la campeona olímpica Williams (49.55) y la joven estadounidense de  20 años, Sanya Richards, mejor marca de la temporada, que hizo 49.74.
  
Los pronósticos colocaban a Guevara luchando por la medalla de bronce con  la rusa Svetlana Pospelova, y al final la mexicana salió vencedora, ya que su  rival fue cuarta.
  
Guevara, igual que en las rondas preliminares, empezó con cautela, para ir  subiendo en potencia y estuvo a punto de cazar a Richards en los metros  finales.
  
"Me faltaron unos metros, pero lo que me importaba era estar ahí, agarrar  el podio y demostrar que hay Ana para rato", afirmó la velocista.
  
Guevara, de 28 años, tenía una táctica muy clara y era la de dosificarse  para el final y después atacar.
  
"La táctica fue muy parecida a la del lunes en semifinales. Shania salió  muy rápido. Con mi entrenador (Raúl Barreda) sabíamos que los últimos 50 metros  eran para mí y por poco le alcanzo. Ahora sólo me queda disfrutar el momento",  dijo la atleta.
  
Guevara, que entre las muchas entrevistas que concedió tras la carrera tuvo  tiempo para abrazar a su madre, Ana María Espinosa, se sentía aliviada por  haber podido poner broche de oro a una temporada complicada.
  
"Ahora se termina mi temporada, aunque tal vez correré el relevo, no es  seguro. Me toca descansar y analizar y entender lo que ha pasado en esta  temporada. Quiero prepararme con nuevos bríos. Creo que esta medalla me dará  fuerza para continuar con más ánimo", añadió.
  
Una de las cosas que más alegraba a la velocista, que había ganado el  título hace dos años en París, era haber roto con la barrera de los 50  segundos, que se le habían resistido esta temporada.
  
"Llegó el momento de romper con los 50. Sólo me queda disfrutar. Quiero  agradecer a mi entrenador, que me ha sabido traer hasta aquí, que es una pieza  fundamental en mi carrera deportiva. Nunca perdimos la esperanza. Esta carrera  fue de puro corazón, de entregar el alma", añalizó.
   
Ana Guevara no quiso aprovechar el momento fácil de la gloria para atacar  a quienes le habían criticado esta temporada y dudado de sus posibilidades.
  
"Ahora me toca tomar confianza para lograr nuevos logros. No he tenido  meses fáciles, pero prefiero guardarme las palabras y que los que me han  atacado se contesten ellos mismos lo que se merecen. Para estar aquí hay que  tener cojones, o huevos, como dicen en México. Solo quien lo vive y lo sufre  adentro lo entiende y esta final ha sido de mucha valentía porque no me habría  planteado hace un mes y medio lograr lo que he hecho aquí", afirmó.
 
 A Ana Guevara no le asustó el frío, la lluvia y el viento que reinaron  durante toda la jornada y que se hicieron más fuertes durante su carrera.
  
"Este clima me hace recordar un poco Sydney-2000, no ha parado de llover y  estaba mentalizada que iba a correr lloviendo", explicó.
  
El temor a no poder vencer a la lesión en la zona del talón de Aquiles  izquierdo, que le ha atosigado durante la temporada, quedó atrás.
  
"No pude entrenar. Mentalmente estaba muy fuerte, pero es difícil hacer una  mezcla homogénea cuando la mente está fuerte y el cuerpo no responde. En  situaciones como esta, en situaciones similares adversas, que se han presentado  frecuentemente en mi carrera, siempre las he conseguido superar", afirmó.
  
Pero en la carrera por el podio, las molestias no podían aparecer. "No  sentí nada, simplementre sentía que tenía que ganar", afirmó.