No hablan de supersticiones. Se muestran firmes al manifestar que “no se trata de brujería”. Los comerciantes del Mercado Central prefieren pensar que sus productos “simplemente atraen a la buena suerte o al amor, sin hacer daño a nadie”.

Están a la defensiva. En el puesto Nº 183 murió una joven la semana pasada. La menor fue rociada con alcohol durante una “limpia” y, por el contacto con una vela, sufrió quemaduras.

Quienes laboran en los locales aledaños marcan distancia y justifican su oficio, sin identificarse: “No todos realizamos esos rituales, solo ofrecemos algunos ingredientes”.

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Y así se expende una variedad de hierbas y plantas: romero, ortiga, nogal, eucalipto. Hay más: jabones, velas, sales, inciensos y perfumes.

Las instrucciones son claras. Basta rezar y tener la fe suficiente para obtener “beneficios divinos”. Artículos -cuyos costos oscilan entre los 30 centavos y $ 2- prometen retener a la pareja, espantar a “la moza”, conseguir una “mayor fuerza sexual” o alejar “las malas vibras”.

Siete potencias, Quédate conmigo, Llama caliente y Chanca piedra son los nombres de algunos productos.

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La oferta es similar en el sector de la Bahía, frente a la iglesia San José. En el puesto Nº 414, una masa deforme llama la atención. “Son huevos de anguilote”, explica el administrador. “Es un tipo de pescado, se raya sobre la leche y cura las afecciones o el asma”, dice.

Sin seguridades
La mayoría de los productos que se expende en ambos sitios, no cuenta con control sanitario ni especifica su lugar de procedencia.

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El director municipal de Mercados, Gustavo Zúñiga, explica que si bien los vendedores tienen permisos del Cabildo, “hay que revisar las ordenanzas para ampliar nuestro campo de acción porque -al parecer- se ha distorsionado el significado de lo natural y lo orgánico”.

Según el funcionario, “la Municipalidad analizará cómo regular la venta de estos productos en los mercados”.

El director provincial de Salud, Javier Carrillo, recuerda que “todo artículo procesado, así sea natural, debe pasar por un control sanitario”. Según agregó, “esta semana comenzarán los operativos para incautar la mercadería de dudosa procedencia ”.

Carrillo indicó que es una responsabilidad compartida, porque “nosotros tenemos que ejercer los controles, pero el Municipio entrega los permisos”.

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