Un montón de ollas y sartenes estropeados se alzan en el Museo Nacional de Quito en honor a los manifestantes que sacaron del poder al presidente Lucio Gutiérrez en abril último, en una muestra con la que los ecuatorianos se "prohíben olvidar" ahora que el mandatario planea volver al país.

Bajo el lema "prohibido olvidar , la exposición incluye vídeos, fotografías y carteles que rememoran los sucesos del 20 de abril, cuando miles de personas presionaron en favor de la destitución de Gutiérrez al grito de "también soy forajido", en alusión al insulto con el que el ex mandatario intentó diezmarlos.

El apelativo es utilizado desde entonces por los ecuatorianos disconformes para salir a las calles y presionar a las autoridades. Justamente la muestra que se exhibe desde el 4 de agosto rinde tributo a ese grupo de activistas.

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"No podemos desistir, menos cuando el dictócrata quiere volver", dijo a la AFP Aurora Pérez, una de las personas que recorrieron el museo el fin de semana, para extasiarse con los recuerdos de la protesta.

La mayoría de los visitantes busca una copia de su documento de identidad entre las decenas que están pegadas a una pared blanca y con las que en su momento respaldaron "el mandato forajido: fuera Lucio".

Otro de los aspectos llamativos es la pila de ollas, vasijas de latón y cucharas que se alza en una de las salas del Museo de Quito, en el corazón histórico de la ciudad, las cuales fueron empleadas para animar las protestas.

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"Esta es igualita a la mía", dijo entusiasmada uno de los asistentes  señalando un sartén estropeado.

La exhibición, patrocinada por la alcaldía de Quito y varias organizaciones sociales, también ofrece un tributo al fotógrafo chileno Julio García, una de las dos víctimas de la revuelta de abril.
García murió como consecuencia de un infarto ocasionado por los gases lacrimógenos lanzados por la Policía, cuando al parecer intentaba auxiliar a una niña que quedó atrapada en las refriegas.

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Varios objetos personales del fotógrafo, entre ellos una cajetilla de  cigarrillos y el chaleco que llevaba puesto a la hora de su deceso, permanecen expuestos en una urna de cristal.

"Fue la única víctima y en su memoria no podemos permitir que Gutiérrez ponga un pie en el país sin ser preso", indicó uno de los  organizadores de la muestra.

Tras su destitución, Gutiérrez viajó asilado a Brasil, de donde luego partió hacia Estados Unidos tras renunciar a la protección ofrecida por el gobierno de Brasilia.

El ex gobernante se desplazó a mediados de julio a la población peruana de Tumbes, en la frontera con Ecuador, desde donde planea regresar al Ecuador a defenderse de las acusaciones de corrupción y violaciones de derechos humanos que pesan en su contra.

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