Dos bomberos murieron tratando de combatir al menos diez incendios forestales que arrasaron extensas zonas rurales afectadas por sequías en medio de tórridas temperaturas veraniegas, informaron ayer las autoridades españolas.

El piloto de una avioneta antiincendios murió cuando la aeronave se estrelló el sábado contra unos árboles mientras intentaba rociar agua sobre las llamas. Otro bombero, en tierra, fue aplastado por rocas cuando combatía un incendio, dijeron voceros de la policía regional.

Varios de los incendios fueron intencionales, y la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, pidió que los ciudadanos muestren una mayor responsabilidad.

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Más de 30 focos de incendio seguían activos ayer en diversos puntos del territorio español.

España está afectada por la peor sequía en más de 60 años. Muchos ríos, lagos y embalses tienen menos del 20% de su capacidad.

Las temperaturas alcanzaron el sábado, en varias regiones del sur de España, los 42 grados centígrados, las más altas del año, informó el servicio meteorológico.

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La Dirección General de Protección Civil y Emergencias mantenía la alerta en diez comunidades autónomas y en el enclave de Melilla, en el norte de Marruecos, ante las altas temperaturas.

El sábado pasado en Badajoz (Extremadura, oeste) los termómetros marcaron 43  grados de máxima, mientras que en Córdoba y en Sevilla (Andalucía, sur)  subieron hasta los 42 grados y en Madrid fueron de 40 grados.

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Hay temores de que en este año se registren en España temperaturas tan altas como las alcanzadas en el 2003, que mataron a 19.000 personas en Europa.