El presidente de la República, Alfredo Palacio, aceptó ayer la renuncia de quien era considerado como hombre duro del Gobierno, Marcelo Arcos, presidente del Fondo de Solidaridad (FS). Arcos argumentó que su salida obedece exclusivamente a problemas de salud, pues desde hace tres semanas ha experimentado un constante dolor de garganta, que no ha podido superar.

El titular del Fondo, entidad dueña de las empresas eléctricas y telefónicas del país, presentó su dimisión el jueves pasado y solo hasta ayer se confirmó la separación del Gobierno. Arcos estuvo cuestionado por algunos sectores, incluidos ciertos diputados del Congreso, por conflicto de intereses. El ex funcionario siendo presidente del FS mantenía negocios de transportación de diésel con algunas distribuidoras de ese sector.

Arcos siempre argumentó que esa relación era privada y no afectaba los intereses del Estado. El ex hombre duro es, además, accionista de Transportes Navieros del Pacífico, firma dedicada a llevar combustible petrolero en aguas ecuatorianas y hasta hace unos meses fue el representante del Primer Mandatario en el directorio político de Petroecuador.

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Desde octubre próximo, esta podría ser la única compañía que ofrezca esos servicios a la empresa estatal, pues sus naves cumplen con una resolución emitida por la Dirección General de la Marina Mercante (Digmer) que establece que solo las naves de doble casco (doble protección delantera para impedir derrames de crudo) podrán prestar el servicio de transporte de combustible por considerarlas más seguras.