Los secuestradores del entrenador del club mexicano de fútbol Cruz Azul, el argentino Rubén Omar Romano, dieron una primera señal de negociación, lo cual podría derivar en la pronta liberación del técnico, dijo el viernes el fiscal de la Ciudad de México, Bernardo Bátiz.

Romano fue interceptado el 19 de julio por dos vehículos mientras conducía su camioneta de lujo tras una sesión de entrenamiento en las instalaciones del Cruz Azul, uno de los equipos más populares de México, en el sur de la capital.

"Sabemos que ya hay algún tipo de negociación, no voy a mencionar ni cuál ni quién", dijo Bátiz a periodistas sin dar más detalles sobre si el contacto fue con autoridades o familiares. "Muy probablemente se logre el rescate pronto".

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Las declaraciones del fiscal representan la primera señal de que ya existe contacto con los plagiarios de Romano, un ex jugador que cobró fama en la década de 1980 con el América de México.

Las autoridades investigan si nueve presuntos secuestradores que fueron arrestadas el jueves en una casa de la capital, en la que una de las hermanas de la actriz y cantante mexicana Thalía reconoció haber estado retenida cuando fue plagiada en septiembre del 2002, tienen algún vínculo con el caso de Romano.

Algunos de los detenidos confesaron haber participado en secuestros.

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El padre del entrenador, José Romano, había dicho que la desesperación crecía entre familiares por el silencio de los secuestradores de su hijo.

El canciller argentino, Rafael Bielsa, dijo la semana pasada de visita en México que estaba consternado por el secuestro de su compatriota, aunque descartó alguna participación de su país en las negociaciones para el rescate.

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Tras su carrera como jugador hecha gran parte en México, Romano, de 47 años, dirigió a los clubes mexicanos de Celaya, Morelia, Pachuca y Tecos. En diciembre del 2004, el argentino asumió la dirección técnica del Cruz Azul.

México es el segundo país con más secuestros en el mundo, después de Colombia, según grupos empresariales locales y organismos internacionales. El ambiente del fútbol lo sufrió en 1999 cuando Alvaro Campos, padre del ex arquero de la selección mexicana Jorge Campos, fue secuestrado por casi una semana.

El secuestro del técnico del Cruz Azul, subcampeón de la Copa Libertadores en el 2001, levantó en México una nueva discusión sobre el papel de las autoridades para frenar los altos niveles delictivos.