Los precios del petróleo marcaron un nuevo récord el viernes al superar los 62 dólares el barril, debido a problemas en refinerías y luego de un informe alentador sobre el empleo en Estados Unidos.
  
Los analistas vaticinaron que los precios de la gasolina _ actualmente unos 2,29 dólares el galón (3,8 litros) _ subirán aun más.
  
El petróleo dulce ligero para entrega en septiembre aumentó 93 centavos a 62,31 dólares el barril, un récord desde que la Bolsa Mercantil de Nueva York inició operaciones en 1983. El máximo anterior, alcanzado el martes, era de 61,89 dólares el barril.
 
Los precios a futuro del petróleo llegaron a los 62,45 dólares el viernes, cinco centavos menos que el récord fijado durante las transacciones del día a comienzos de semana.
  
Los precios de la gasolina a futuro subieron 2,99 centavos a 1,8322 dólares el galón, 5 centavos más que la semana pasada.
    
Estableceremos nuevos récords la semana próxima, vaticinó Tom Kloza, director de Oil Price Information Service, una empresa de análisis con sede en Nueva Jersey. El récord anterior era de 2,33 dólares el galón, registrado la semana que concluyó el 8 de julio.
  
Kloza dijo que los vendedores de gasolina en todo el país le han informado que no ha disminuido la demanda y que no hay indicios de que ello ocurrirá.
  
En otras transacciones neoyorquinas, los precios del combustible de calefacción a futuro subieron 2,34 centavos a 1,7312 dólares.
  
Los contratos del crudo Brent del Mar del Norte para entrega en septiembre aumentaron 63 centavos a 60,75 dólares el barril en la Bolsa Internacional de Petróleo en Londres.
  
En los últimos años, el aumento del consumo petrolero ha estirado al máximo la capacidad productora mundial, lo cual ha causado nerviosismo en los mercados sobre un posible desabastecimiento.
  
Los mercados se vieron perturbados por una amplia gama de factores el viernes, entre ellos los problemas en las refinerías estadounidenses y los pronósticos de que la oferta en el cuarto trimestre del año será escasa.
  
El informe del Departamento de Energía de Estados Unidos, según el cual han bajado las reservas de gasolina, agravó los temores de que las refinerías estadounidenses _que ya están operando a su máxima capacidad_ no podrían recuperarse rápidamente de recientes paralizaciones y acrecentar el abastecimiento de combustible.

  

 

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