La clonación de un perro llevada a cabo por científicos surcoreanos abre las puertas al tratamiento de enfermedades que afectan a los canes y al propio ser humano, como la diabetes y la demencia.

El jefe del equipo que completó el experimento, el científico surcoreano Hwang Woo-suk, anunció ayer, a la vez que se revelaba el éxito de la clonación en la revista  Nature, que se ha dado un paso de gigante hacia la cura de dolencias que sufren tanto los seres humanos como los perros.

Hwang, quien ya en febrero saltó a la fama al aislar las primeras líneas de células madre embrionarias y ajustadas al ADN de pacientes, ahora vuelve a convertirse en el centro de la admiración y la polémica por haber clonado a Snuppy, un galgo afgano procedente de la célula de una oreja de su padre genético.

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Snuppy, que ya tiene más de dos meses de vida, recoge las iniciales en inglés del centro investigador donde trabaja el equipo de Hwang (Seoul National University) y la palabra también inglesa puppy, como se conoce a los cachorros.

Este can se une así a la serie de animales clonados en la última década, empezando por la oveja Dolly, y pasando por ratones, gatos y terneros.

Snuppy nació con ayuda de una cesárea tras una gestación de dos meses por su madre-de alquiler, un hembra de labrador de cuatro años a la que se implantó el óvulo fertilizado (de otra can) con el material genético de la piel de la oreja de su padre-donante.

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Según explicó en una rueda de prensa el científico, los perros son uno de los animales más cercanos al hombre, sin contar a los simios, y en muchas ocasiones sufren el mismo tipo de dolencias transmitidas genéticamente por sus antecesores, entre ellas la diabetes y varias clases de demencia, entre ellas la senil.

Además, añadió Hwang, los canes son unos de los animales más difíciles de reproducir artificialmente, lo que puede comprobarse por el hecho de que no ha habido hasta ahora perros probeta.

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Según los científicos, con la creación de animales genéticamente idénticos se podrán descubrir tratamientos de enfermedades (como producción de medicinas y experimentos celulares) sin recurrir a pruebas que hoy día se necesita hacer con especies vivas.