Uno de los peores males que está aquejando actualmente a nuestro país, igual o peor que la corrupción, es tener la TV que hoy tiene. Todos los canales, unos más, otros menos, transmiten programas deformadores de las personas. Nos bombardean con los más espeluznantes y desmotivadores noticieros, en donde los periodistas realizan odas y apologías del crimen; y peor aún debemos soportar peleas personales y de grupos de poder cuestionados.

Los programas deportivos nos dan noticias solamente del fútbol, como si no hubiera otro deporte que se practique en el Ecuador. Canales de TV que pasan telenovelas con los mismos argumentos deformadores y cansinos. Qué no se puede decir de los programas de farándula, tan en moda hoy en día, y en donde el chisme, el insulto, la crítica y la pelea callejera son los principales argumentos de esos espacios.

Los programas mal llamados cómicos son de la peor clase, lleno de lenguaje procaz y ofensas, con los mismos argumentos mil veces usados, donde la agresión sexual y a la honra de mujeres u hombres, son de lo más normal para estos seudoartistas.

Publicidad

Apelamos a las autoridades, si las hay, que regulen, vigilen y controlen esta inmoral industria de la TV, cuyos dueños y directivos no tienen la menor idea de lo que es manejar un medio de comunicación masivo; no saben del compromiso que adquieren al tenerlo y la responsabilidad con la que deben manejarlo.

Ante esta agresión, de la cual todos somos víctimas, es hora de defendernos y pasar a la acción, formando un organismo de control y veeduría popular, que obligue a estas personas a cambiar.

Marco Mayorga Fiallos
Guayaquil