Además de tener dimensión nacional, el proyecto de crecimiento y desarrollo que lleva la firma del alcalde de Guayaquil, Ab. Jaime Nebot, de ser apoyado y aprobado, constituirá la muestra de la fortaleza con que nuestra ciudad contribuye al despegue contra el estancamiento económico y la disipación de recursos.

Los efectos positivos del proyecto van más allá de la extensión de este comentario. ¿Qué significado futuro tiene el proyecto para Guayaquil?

1. La posibilidad (por el estímulo que dará el Municipio) de que llegue la inversión de capital extranjero –inclusive el capital golondrina– en forma de inversión, sin ser el acreedor. La renta regresará al inversionista por la vía de las utilidades reales exentas de impuesto a la renta por diez años.

2. Estimulará la creación en áreas en que Guayaquil es terreno propicio por su infraestructura. Cuenta con el talento humano, en su mayoría no contaminado con el afán político.

3. Se abrirán empleos que demandan conocimiento, y al mismo tiempo se utilizará mano de obra no calificada. El llamado comercio informal podrá reducirse al incrementarse los puestos de trabajo, que mejorarán la capacidad adquisitiva de la gente, se incrementará el consumo. (Si se logra a nivel nacional aumentar el consumo de producción local, se sentirá el beneficio en la balanza comercial).

4. Al estimular la inversión extranjera se genera una zona de competencia entre las diversas provincias y/o ciudades. El país se beneficia con la inversión privada en áreas en que los gobiernos no las han abierto por negligencia, ignorancia o presionados por intereses particulares para taponar la competencia.

5. El sector financiero tendrá que cambiar su planificación para redistribuir sus recursos hacia riesgos mejorados. Cuando el mercado financiero cambia, sin duda, aparecerán nuevas formas de ahorro.

6. La infraestructura que tiene Guayaquil ha cambiado totalmente en los últimos años. Tiene transporte por aire, mar y tierra. Se espera que la dinamia del Alcalde corte otro cordón umbilical que propicia el antidesarrollo: la postergación del dragado del río Guayas.

7. La ciudad, pese a tanta lucha regional, tiene grandes atractivos turísticos: un estupendo conjunto de hoteles, la Plaza del Sol, centros comerciales en sus puntos cardinales, la cercanía a maravillosos balnearios por la Ruta del Sol. Hace falta, eso sí, el ferrocarril que sirva para desarrollar otras zonas de influencia; el ferrocarril es el transporte tradicional para carga pesada, y su atractivo paisajista fomentará el turismo.

Pero... lo que hará falta es una campaña que arrase con el “qué me importa lo que suceda, si a mi casa no llega”. Un movimiento ciudadano de saneo de la ciudad mediante la vigorosa acción colectiva, cambio de mentalidad hacia el compromiso cívico. Con el tiempo hemos aprendido que el centralismo no tiene interés en mejorar la cultura de la ciudad. La presencia de cincuenta, cien o mil policías de dotación impermanente que anticipan su estrategia y ubicación, no reporta resultados.

No todo está dicho. Los resultados hablarán. Para que el plan tenga éxito, desde ahora debe formarse un comité, no contaminado y bien purificado, que trabaje bajo el liderazgo del alcalde Nebot, para supervisar el cumplimiento de las decisiones. Mucho del programa se podrá realizar sin decretos especiales que podrían llegar nunca, Guayaquil está cansada de sensaciones y promesas. ¡Ahora es el momento de la acción!