Justicia italiana atenderá pedido de extradición para acusado de bombas en Londres

La audiencia de extradición de uno de los presuntos atacantes de Londres detenido en Italia será el 17 de agosto, y es probable que el juez resuelva ese mismo día el pedido formulado por Gran Bretaña, dijo este jueves la abogada del sospechoso.

Las autoridades británicas buscan interrogar a Hamdi Issac, de 27 años, en conexión con los fallidos ataques al sistema de transporte de Londres del 21 de julio.

Issac, ciudadano británico, fue arrestado el viernes pasado en la casa de su hermano en Roma.

Los fiscales italianos dijeron anteriormente que una decisión sobre la extradición de Issac podría llevar semanas, pero la abogada del sospechoso, Antonietta Sonnessa, expresó a The Associated Press que el juez podría emitir su fallo el mismo 17 de agosto.

Es probable que sea la única audiencia, la decisiva, manifestó Sonnessa en una entrevista telefónica con la AP.

El juez evaluará la hipótesis de la extradición, escuchará los argumentos de todos, la fiscalía y la defensa, para evaluar cualquier obstáculo posible, señaló Sonnessa.

La abogada designada por el tribunal ha manifestado que Issac quiere quedarse en Italia, sugiriendo que podría oponerse a su extradición a Gran Bretaña.

Pero en los procedimientos judiciales preliminares realizados hace pocos días en la prisión Regina Coeli no se presentó ninguna oposición formal a la extradición.

El sospechoso permanece en confinación solitaria en una prisión romana.

Los jueces italianos suelen tomar semanas o incluso meses para fallar sobre muchos pedidos de extradición, pero Gran Bretaña ha presionado para que Issac regrese a su país.

Las leyes italianas requieren que se fije una fecha para una audiencia de extradición en un plazo de 20 días después del arresto.

Issac ha expresado a las autoridades italianas que llevó un bolso con explosivos al subterráneo el 21 de julio, pero ha reiterado que el ataque no buscaba lesionar a nadie sino llamar la atención, de acuerdo con Sonnessa.

La bomba no detonó correctamente y no hubo lesionados. En cambio, en los ataques del 7 de julio, murieron 56 personas, entre ellas los cuatro atacantes suicidas.