La ley que faculta devolver los fondos de reserva ha despertado interés en toda la gran masa asalariada del país, considerándola como la tabla de salvación en las embravecidas aguas de la asfixiante economía en que nos debatimos los ecuatorianos; pero esto no es más que un espejismo que nos mantiene alucinados, hasta el momento en que nos acercamos a las ventanillas del IESS a consultar cuánto nos corresponde por los muchos años aportados. En este momento el “amable informante” nos da el golpe que nos vuelve a la realidad, dándonos cifras que no representan ni el 10% de nuestras expectativas.

Los factores de esta enojosa situación son algunos, enumero tan solo tres, para que se dé una idea el común de los agraviados.

1.- Los patrones honestos pagan los aportes, pero el IESS en su mayoría no ingresa al sistema de cómputo.

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2.- Los deshonestos, no pagan y por eso no quieren que se hable de devolución; son morosos de sus propios empleados.

3.- Al personal tercerizado, como le renuevan su contrato de trabajo cada tres o seis meses, tampoco le depositan lo que le corresponde de conformidad al Código Laboral.

Todo esto demuestra a las claras el grado de descomposición moral, social, político y económico en que se debate la institución.

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Por lo tanto no hay esperanza de que el IESS se reivindique con sus afiliados.

Oswaldo López Cobeña
Guayaquil