A pesar de que está prohibida la captura dirigida de tiburones, a diario se atrapan decenas de estos animales.

Tiburones de varias especies se los desembarca mutilados o completos  cada mañana en la playa de Tarqui, situada al norte de Manta.

Esta labor también se realizó ayer a pesar de que el Frente de Defensa de la Pesca Artesanal (FDPA), cuyos miembros se dedican a esta faena, había anunciado que iba a paralizarse indefinidamente para pedir al Gobierno que derogue el decreto 2130 que prohíbe la comercialización y exportación de aletas de tiburón.

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El marco jurídico está vigente desde el 7 de octubre pasado. El poco control que ejerce la Dirección General de Pesca a lo largo de la línea costera es aprovechado por los pescadores para capturar tiburones.

Venta
Los comerciantes de los escuálidos acuden cada mañana a la playa de Tarqui donde se desembarcan las capturas que realizan 35 mil pescadores artesanales que laboran entre Jaramijó y Manta en 300 embarcaciones medianas y más de mil pangas, según los registros del Instituto Nacional de Pesca (INP).

Ellos intercambian diariamente un promedio de 50 tiburones con los comerciantes que secan las aletas de los tiburones y después las transportan por tierra hasta  puertos de Piura, desde donde se exportan las aletas hacia varios países de Asia.

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Así lo asegura Fernando Limones, de 43 años, quien desde octubre pasado viaja dos veces cada mes esa localidad peruana para llevar los tiburones que ha capturado.

Limones dice que compra un promedio de 50 juegos de aletas cada tres días en la playa de Tarqui. El costo de cada juego varía según la especie del tiburón.

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El dirigente pesquero Robert Espinales refiere que desde que está prohibido vender las aletas en el país, a los pescadores artesanales les cancelan la mitad de lo que cuesta cada par. Dice que ahora les pagan 15 dólares por un par de aletas del tiburón rabón azul y antes percibían 30 dólares.

También pagan menos por el cuerpo del tiburón: antes les daban  100 dólares y ahora 30 dólares. Y que la libra del animal está a 30 centavos y antes  a 50.

Espinales asegura que los pescadores artesanales tienen capacidad de desembarcar los tiburones y las aletas en otros puertos, como lo hacen los tripulantes de las embarcaciones pesqueras industriales del país.

Los controles que hace el INP para evitar la pesca ilícita de  tiburón se intensificaron hace un mes cuando se descubrió un cargamento clandestino con aletas de tiburón en Guayaquil.

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38.000 ALETAS
Se exportaron en enero y mayo del 2004. Igual que la cifra que se exportó del 2002 al 2003, según registros del Consejo Nacional de Desarrollo Pesquero.

35.000 PESCADORES
Artesanales laboran en la captura de diferentes peces, pero les ingresa más dinero por la venta de aletas y la carne de los tiburones.