En Colombia, paramilitares que operaban frente a  Ecuador ofrecieron reinsertarse a la comunidad.

“Hicimos lo que muchos otros no pudieron hacer... las horribles noches de horror cesarán”, fue la expresión de Aníbal Gómez, jefe militar del Bloque Libertadores del Sur, de las desmovilizadas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) que el fin de semana entregaron las armas en el municipio de Tamaningo, norte de Nariño.

Se desmovilizaron 677 hombres, muchos ya salieron de la hacienda donde permanecieron tres semanas, al amparo del gobierno colombiano que les ofreció reinsertarlos a la sociedad civil con propuestas de trabajo en microempresas y el pago mensual de un salario mínimo vital de 358 mil pesos (140 dólares) por el lapso de 18 meses.

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De un grupo de desmovilizados consultados por EL UNIVERSO, todos aseguraron no estar convencidos de lo que el gobierno de Colombia les planteó, pero aseguraron tener fe para que todo lo ofertado se cumpla.

En el campo de batalla ganábamos 500 mil pesos (alrededor de 230 dólares), nadie tenía que comprar ropa, no pagabas por la comida y el uniforme también te lo entregaban, es decir “tenías esa cantidad para enviar a tu familia, ahora con lo que el gobierno nos entregará nos ayudará en algo”, expresó uno de los desmovilizados que prefirió, por seguridad, omitir su nombre.

“Esperamos que la sociedad nos acepte, tener un trabajo y esperar que a Colombia llegue la paz”, añadió.

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“Nosotros hemos puesto toda una voluntad para no volver a andar torcidos, porque tenemos claro que la necesidad de tener un trabajo nos llevó a unirnos a las AUC”, dijo por su parte Óscar N. quien asegura ser antioqueño (del departamento de Antioquia), pero que su actividad y combates como paramilitar los efectuó en Nariño (frontera con Carchi) porque esa fue la disposición de sus altos mandos de la AUC.

Al igual que este grupo de paramilitares, en medio de un acto simbólico, 620 hombres y 57 mujeres hicieron entrega de las armas que tenían en su poder, e iniciaron su proceso de reincorporación a la actividad civil.

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Según el Comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, con los desmovilizados de este bloque, ya son 6.556 los hombres reincorporados a la vida civil; y la decimotercera estructura que se desarticula, en el marco del proceso de paz que adelanta el Gobierno de Colombia con las AUC.

Los desmovilizados del Bloque Sur pertenecían a tres frentes: “Héroes de Tumaco y Llorente”, “Brigadas campesinas Antonio Nariño” y “Lorenzo de Aldana”, este último que tenía presencia en la línea de frontera con Ecuador, en los municipios de Ipiales, Aldana y Cumbal.

Mientras se realizaba ese acto, en los desmovilizados se notaba la ansiedad de querer volver a ver a sus seres queridos, a quienes, en algunos casos, por años los abandonaron en otras regiones del país.

A otros los motivaba el deseo de regresar a sus hogares, el cual se acrecentaba con el estímulo de sus jefes que les expresaban “faltan dos horas para llegar a la mocha”, dando a entender que faltaba ese tiempo para retornar a la vida civil.

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Del grupo de reinsertados hacían parte 57 mujeres, en su mayoría oriundas del interior del país, cuyas edades fluctúan entre los 18 y 30 años.

TESTIMONIO

Por convicción
Antonia es una mujer que ingresó a las AUC, considerado el grupo irregular más sanguinario en Colombia, no por falta de empleo sino “por convicción” y dice que lo hecho ha ayudado a la paz de una región azotada por la guerrilla.

Tranquilidad
Recuerda que en Colombia estuvo en las localidades de El Ejido, Madrigal, Sidón y El Remolino, en los municipios de Policarpa, Cumbitara y Taminango, zonas de las FARC en Nariño.

“Estoy viva”
Antonia afirma que cumplía labores de inteligencia en las zonas urbanas y tareas como la preparación de alimentos. Hoy agradece a Dios por mantenerla viva: “Muchos compañeros murieron y tuvimos que sepultarlos en la misma zona donde operábamos”.