María del Carmen Cristaldo, más conocida como Lili, tiene 40 años y dice que cada día lucha consigo misma por encontrar razones para seguir viviendo. El 1 de agosto del 2004 entró al supermercado Ycuá Bolaños de la mano de su esposo Gabriel (50) y de sus hijas Leticia (15) y Lorena (13).

“Hubo una explosión en el patio de comidas. Vi cómo la gente volaba en pedazos. Nos tomamos de la mano con mis hijas y mi marido y salimos corriendo hacia la salida. Llegamos hasta las gradas cuando se cerró el portón de hierro que da al estacionamiento.

“Nos chocaron y quedé tendida contra el piso. Entonces, mi marido me soltó la mano.  Escuchaba la voz de mis hijas que decían: Mami, no me quiero quemar.
Mami, no me quiero morir. La gente gritaba pidiendo auxilio, quejándose. Un año después, lo que más extraño es que alguien me llame mamá.

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Lili perdió a toda su familia. Tiene heridas de tercer grado en manos y cara y aún debe someterse a varias cirugías. Dejó los antidepresivos y las pastillas para dormir porque “quiere sentir” y asegura que no descansará hasta que se haga justicia.