Dice la enciclopedia libre, abierta  y universal Wikimedia que un “dogma bastante generalizado iguala “noticias” con “noticias aparecidas en los medios” (realidad mediática) y relaciona a estas con los anchors o anclas televisivas. Lo cual lleva a asociar personalidades mediáticas con periodismo de una manera que consterna a los profesionales de la prensa escrita”.

Una muy interesante y exacta descripción de un fenómeno que las encuestas reflejan bien y que los medios televisivos aprovechan a su favor: los anchors o “anclas” televisivas. En otras palabras, esas figuras de pantalla que por su trayectoria, su reconocimiento profesional, sus méritos han obtenido un alto nivel  de credibilidad, al punto que su sola presencia identifica a la televisora y su audiencia.

En todo caso, el anchor es muy estadounidense, al punto que las grandes cadenas se identifican por sus personalidades mediáticas y las cadenas locales pelean por lograr la figura que les garantice más audiencia. En la TV europea existe, pero no tiene aún las dimensiones que toma al otro lado del Atlántico. Finalmente, se debe recordar que la TV europea proviene de un modelo de TV exclusivamente pública que se mantuvo hasta finales de los años ochenta, cuando recién se comenzó a abrir a la empresa privada.

Publicidad

En el Ecuador, el modelo de TV ha sido exclusivamente privado. Y en cuestión de “anclas” ha tenido figuras que han mantenido su vigencia durante décadas, un mérito personal indudable, pero que a la larga ha desembocado en un déficit de figuras mediáticas de peso que les tomen la posta.

La brecha generacional
Eso es muy visible en estos días, pues en el horario de la mañana se han producido cambios y ausencias importantes. En TC, Rafael Cuesta fue reemplazado por Fernando Aguayo y televisivamente hay un bache. El nuevo presentador limita su participación a un par de entrevistas diarias y luego literalmente corre a dirigir ‘Primera Hora’ en Cable Noticias.

En las mañanas de Ecuavisa, Carlos Vera está ausente por vacaciones y  entonces, se opta por entrenar al aire a Lenin Artieda. La consecuencia es que el aspirante a anchor es vapuleado sin clemencia por entrevistados de hábil cintura como –entre otros- el diputado Carlos González, quien se dio el lujo de no contestar a lo que se le preguntaba, sino reproducir sin apuros su discurso.

Publicidad

Las televisoras del país tienen un problema adicional en el momento de definir sus “anclas”: la fractura regional. Hay gente que pega bien en Guayaquil, pero tiene resistencias en Quito. Fue el caso de Cuesta. Viceversa es el de Jorge Ortiz en Teleamazonas, lo cual lleva a que en algunos sectores de la Costa se perciba a este canal como un canal “regionalista” y/o “serrano”.  No obstante, cuando Ortiz se va de vacaciones (tiene el privilegio de disfrutarlas muy seguido: una coincidió con el 20 de abril y la otra fue hace pocos días),  no encuentran un reemplazo convincente.

Como respuesta a tal fenómeno en Gamavisión se plantea una fórmula salomónica que ya en pantalla no cuaja, por la falta absoluta de química o al menos de diálogo entre Gonzalo Ruiz y Rolando Panchana.

Publicidad

En definitiva, este asunto de las figuras mediáticas tiene muchas variables. Pero es evidente que los canales han permitido una brecha generacional importante. Un descuido por muchos años en la selección, formación y entrenamiento; que ahora, cuando por una u otra razón faltan los anchors de las principales televisoras, se transforma en vacío.