A través de uno de los canales de  televisión se busca al mejor ecuatoriano. Pues yo tengo la respuesta a esta interrogante, definitivamente no puede ser otro que el padre ecuatoriano, quien día a día lucha para lograr mejores oportunidades para su familia y por ende a este, nuestro Ecuador.

En mi caso en particular, no puedo menos que mencionar a mi padre. Recuerdo sus manos callosas que con orgullo exhibía para recordarnos que si no terminábamos nuestra preparación, era lo que nos esperaba: el trabajo duro y muchas veces mal pagado y con pocas oportunidades de superación laboral. Esta es la breve semblanza de uno de los miles que existen en el Ecuador. Por tanto pido comedidamente que si la intención es enaltecer a persona alguna, mejor lo hagan en el gran ecuatoriano que es el ciudadano común que empuja su carreta o el que a brazos partidos trabaja en una fábrica cualquiera ganando muchas veces ni siquiera el sueldo básico para darle una educación, salud y alimentación a su familia, para vivir dignamente. Los grandes presidentes y las grandes personalidades ya tienen lo suyo, no le neguemos al pueblo lo que se ha ganado pero no reconocido.

Ab. Jorge Espinoza Vera
Guayaquil